Los amaneceres en Villa Montaña comienzan a tornarse algo románticos. Y es que la convivencia entre las chicas y los solteros parece estar dando ya sus frutos.
Napoli parece haber encontrado en Ana a su chica ideal y no cesa en el intento de ganarse su amor y confianza. Pero la novia de Borja, algo fría y distante con el italiano, no termina de creerse la confesión a corazón abierto del soltero: “Yo no me creo que tu insomnio de anoche sea por eso”. Aún así, y contra todo pronóstico, Napoli no duda en manifestar su miedo a enamorarse y con ello poder llegar a sufrir.
Por más que lo intenta, el pizzero italiano no logra entrar en el corazón de la concursante. Eso sí, al soltero parece importarle muy poco los desaires de Ana, ya que no cesa en su acercamiento a ella, con la esperanza de que se consolide la relación. “Ya estabas tardando en olerme (...) Te vas a ir de aquí y te vas a seguir acordando de cómo huelo”, reacciona la novia de Borja con absoluta indiferencia. Y es que si algo tiene claro Ana, en este preciso momento del programa, es que “gustar es una palabra grande”.