“La uva moscatel lleva de moda unos 3.000 años”. Con esa afirmación contesta Luis Vida, formador y comunicador sobre vinos, cuando se le pregunta sobre la vigencia del moscatel en el panorama vitivinícola español. No en vano, se cree que ya se cultivaba en tiempos de los griegos y que fueron los romanos quienes la llevaron por todo el Mediterráneo. Una teoría a la que se une el experto y ahonda en ella. “La moscatel podría datar de la primera globalización, de la que se podría decir que hicieron griegos y romanos, de hecho, es de las variedades más mundiales que se cultivan a día de hoy”.
En muchas ocasiones se relaciona el vino moscatel con el pasado o con las personas mayores, que en algunos casos cometían, o cometen, el pecado venial de dar un sorbo a sus nietos por su carácter dulce, siendo así un recuerdo de la niñez para muchos. Precisamente ese dulzor es el que ha hecho popular a esta bebida. “Los componentes aromáticos de la piel de la uva, que se llaman terpenos, son los que dan el sabor de la uva fresca. La mayor parte de las variedades los tienen en la piel, pero la moscatel es la variedad que tiene el zumo más rico en terpenos, por lo cual, cuando se hace mosto de ella y se fermenta, el vino sigue sabiendo a uva. Eso es por lo que yo creo que ha gustado tanto el moscatel desde antiguo”, desarrolla el experto en vinos que además se confiesa un apasionado de esta bebida.
La uva moscatel se divide principalmente entre dos grandes tipos dominantes, una más pequeña, que se llama moscatel de grano menudo y que suele ser de clima interior, y otra de grano más gordo “que es la que se conoce como moscatel de Málaga, moscatel de Alicante, etc. en cada zona le ponen su nombre. Esta tiene más zumo y la piel más fina. Es la más conocida en España”, dice Luis Vida al respecto.
El éxito del moscatel a lo largo de la historia ha radicado, como indica Luis Vida, en su sabor dulce, a diferencia de otros vinos que lo perdían al fermentar. “Históricamente se ha buscado preservar el sabor de la uva, ya que los vinos blancos antiguamente no tenían la forma técnica de hacerlo. Entonces se hacía con mosto de moscatel que se fortificaba con alcohol. De hecho aquí, en España, se denomina mistela. La mistela es un vino que no fermenta. Se coge el zumo y se mezcla con aguardiente destilado de uva para mantener el sabor de ésta y que el vino aguante bien”, explica el comunicador.
Esta bebida, denominada así, especialmente, en la zona levantina, es lo que en otras zonas se llama moscatel para hacer referencia a esa bebida dulce que bebían nuestros abuelos.
Para muchos, pensar en moscatel es hacerlo en una bebida más propia del pasado, cuyo legado ha llegado a nosotros únicamente a través de nuestros abuelos, algo que Luis Vida no comparte. “Esa visión es totalmente española porque aquí sí que ha sido tradicionalmente un vino de licor, pero si piensas en lo que se está haciendo ahora en Málaga, o con el moscato de Asti en Italia es totalmente vanguardista. Además, no hay nada más moderno que lo vintage”, dice al respecto, antes de reconocer que “los vinos dulces no están de moda, en general. En los últimos tiempos se ha tendido a vinos más secos, más ligeros, pero como ha sucedido en otros momentos históricos. Son tendencias que van surgiendo periódicamente, alternándose de manera pendular a lo largo de la historia. Ahora estamos en un momento en el que la moda va por otro lado”.
A pesar de esta situación no es menos cierto que el consumo de moscatel sigue muy vigente en muchas zonas. "En España, en toda la zona levantina, por los mistelas, pero también hay moscateles secos. Málaga es la otra gran zona moscatelera del país, en especial la Axarquía. Incluso en la zona de Jerez hay una tradición de hacer moscateles, pero muy viejos, añejos, un poco como hacen con la Pedro Ximenez.
En Navarra también hay una fuerte tendencia desde los años 80 del siglo XX, pero en este caso con la moscatel de grano menudo, con una especie de moscatel semiseco”, detalla el experto que también identifica otras grandes tendencias en el exterior. “En Italia existen los moscatos de Asti, donde cultivan la moscatel de grano menudo y hacen la madre de todos los frizzantes que se están copiando ahora en otras industrias. También en Grecia, o en Francia, en las zonas de Alsacia, en Languedoc y en el Rosellón, en Portugal, en concreto, en Setúbal tienen el moscatel rojo, que es una variedad que surgió en esta zona,...”, añade para finalizar.
No, no parece que el moscatel sea cosa del pasado.
Suscríbete a la newsletter de Gastro y te contamos las noticias en tu mail.