La curiosa historia del vino que mejor marida con el cochinillo segoviano

  • El famoso restaurante segoviano Jose María ofrece un vino tinto que encaja perfectamente con el cochinillo

  • Pago de Carraovejas es un vino de la D.O. Ribera del Duero

  • Es una de las bodegas más reconocidas entre los amantes de la enología

Cuando uno llega a Segovia a degustar el mítico cochinillo asado puede hacerlo en cualquiera de los muchos restaurantes especializados que hay a lo largo de la ciudad, aunque la fama la ostentan principalmente dos: el Mesón Cándido y el Restaurante Jose María. Precisamente el fundador de este último es el responsable de que hoy en día podemos disfrutar de un vino que marida perfectamente con el emblema culinario segoviano. Vayamos al inicio del asunto.

Pocos años después de fundar su famoso restaurante, José María Ruiz junto con otro grupo de amantes del vino se embarcó en la aventura de crear su propio vino tinto. Para ello pensaron en la Ribera del Duero. Por su proximidad a Segovia y por el potencial que se intuía que había por explotar. Tras investigar la zona, se decidieron por unas fincas cercanas a Peñafiel, conocidas como Carraovejas.

Peñafiel, cuna de Pago de Carraovejas

Los alrededores de Peñafiel ofrecen un sinfín de laderas que favorecen un microclima que en las suaves cuestas de Carraovejas encuentran un perfecto ejemplo. Su orientación hacia el sur protege a las viñas del viento del norte y su terreno pedregoso ofrece un correcto drenaje. Los 750 metros sobre el nivel del mar a los que se encuentra permite que sea una zona soleada y bien aireada, dos elementos básicos para criar un buen vino.

Con esos mimbres y mucha dedicación, en 1991 se recogió la primera cosecha de las 25 hectáreas que entonces tenía el Pago de Carraovejas. Entonces comenzó una andadura que se ha ido consolidando a través de crianzas, reservas y grandes reservas que hacen las delicias de quienes los prueban.

El prestigio de un vino que potencia el sabor del cochinillo asado

La comunión entre el cochinillo asado y el vino que se hace en el Pago de Carraovejas es todo un éxito. El producto segoviano por excelencia ve su sabor potenciado con un caldo que expone el detalle y el mimo con el que se elabora a partir de tres tipos de uvas: cabernet sauvignon, merlot y tempranillo. 

De color púrpura, con aromas de frutos rojos, especias y regaliz, el tinto de Pago de Carraovejas se revela en la boca como un tinto sabroso, jugoso y equilibrado con un final persistente que encuentra una perfecta conexión con el cochinillo asado. La facilidad con la que el sabor de uno y otro fluyen en la boca y contrastan en el paladar hacen de ambos dos compañeros de viaje ideales a la hora de sentarse a la mesa. A quien le guste el cochinillo, claro.

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