Los pinchos de la capital de La Rioja son una institución, al igual que los bares en que se sirven. Si visitas Logroño, además de visitar su casco antiguo, debes conocer sus locales y probar sus tapas. La calle más famosa para ir de pinchos es la del Laurel y, aunque recorrerla es imprescindible, hay muchos bares en otras calles de la ciudad que merecen toda tu atención a la hora de planificar tu ruta gastronómica. Toma nota, porque te esperan bares tremendos sin pisar la calle Laurel.
Desde el centro de la calle Laurel sale la calle Albornoz. Que sí, que está en todo el cogollo, pero hay que animarse a hacer el giro para descubrir sus locales y pinchos. En Las Quejas, el pincho estrella lleva el nombre de la casa y es imprescindible pedirlo. Su especialidad son los mini bocatas con un interior sabroso a base de chacinas y productos seleccionados, y el más famoso de todos, 'las quejas', contiene jamón serrano, setas a la plancha y queso de los Cameros fundido. Acompáñalo con uno de sus vinos con D.O. y disfruta del momento.
Calle Albornoz, 6. Logroño
Antes de abandonar la calle Albornoz en busca de nuevas experiencias, haz una parada en el Sebas y prueba su pincho de tortilla, sin cebolla y cuajada, porque es famoso en todo Logroño. También ofrecen una tortilla picante (y pica, por si acaso). Y ya que estás, anímate a pedir el pincho de morcilla o el de bacalao en aceite, con un clarete de la Cuenca del Najerilla para acompañar.
Calle Albornoz, 3. Logroño
Nos alejamos de famosa zona de pinchos y nos detenemos en este bar de toda la vida que, tras una reforma, consiguió llamar la atención de los clientes habituales y de una nueva clientela que ya lo cuenta entre sus favoritos de la ciudad. Ofrecen pinchos, faltaría más, pero el que se lleva la palma es la ración de patatas bravas, hechas para ser ese bocado con el que sueñas, crujientes y jugosas, con el aceite justo, salsa abundante y su dosis de picante.
Calle María Teresa Gil de Gárate, 46. Logroño
Y en la misma calle, en el número 46, La Carbonera ofrece un festival de pinchos para acompañar con un vermú con su aceituna y su naranja. Las croquetas de jamón son una perdición, pero también la tortilla (la hacen individual) o la panceta a la brasa. Carta breve y sabrosa, como nos gusta. Y con una carta de vinos de aplauso, así que no dudes en pedir consejo antes de elegir el tuyo.
Calle María Teresa Gil de Gárate, 18. Logroño
En este bar de Logroño manejan las brasas con arte. Y su plato estrella son las setas a la brasa, de calidad, vuelta y vuelta y su puntito de sal. Espectaculares. Si les quieres sumar algo más consistente, dale al chorizo a la brasa o al pincho de huevos de codorniz con cebolla y boquerón. La oferta es pequeña, pero exquisita. Los vinos son otro de los puntos fuertes, del pueblo de San Asensio, para darle aún más sabor y encanto a la cosa.
Calle de Somosierra, 21. Logroño
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