Basta echar un vistazo a cualquier bar de España a la hora del aperitivo para constatar que el vermut goza de buena salud en nuestro país. Desde hace más de una década su consumo está en ascenso y la aparición de nuevas marcas ha sido una constante desde entonces. Ahora bien, si los datos dicen que la sociedad aboga por un menor consumo de alcohol, ¿qué está sucediendo con el vermut?
Tomar el vermut es un acto social. Su arraigo y su evolución en España han llevado a crear una suerte de metonimia por la que, en muchas zonas, la hora del aperitivo se conozca como hora del vermut. “Es normal que la gente lo llame así porque es la actividad con la que lo asocian”, comienza explicando François Monti, experto en vermut y autor de ‘El Gran Libro del Vermut’, entre otros.
“El fenómeno del aperitivo es bastante reciente en España, no tiene más de 120 años. Aunque hoy es algo transversal a toda la sociedad, hace un siglo esto no era así. Entonces esto era un país inestable, donde había mucha pobreza y tomar el aperitivo no estaba al alcance de todos”, desarrolla el autor. Y es que por aquel entonces el aperitivo sólo estaba al alcance de unos pocos. “Por ello la cultura del aperitivo se ha dado bastante tarde en España en relación a otros países del entorno, y cuando se ha dado, la bebida de moda era el vermut, de ahí que se tomara su nombre para referirse a la hora del aperitivo”, comenta Monti.
Aunque el vermut comenzó a ganarse su sitio en España en la Barcelona de 1910 y aproximadamente una década después llegara a Madrid para hacer fortuna, no fue hasta mediados del siglo pasado cuando se extendió por toda la sociedad. “Cuando el vermut se hace popular de verdad es a partir de los años 50, gracias al desarrollismo, cuando todas las capas de la sociedad mejoran su situación económica y así pueden acceder a otro tipo de ocio”, explica el experto.
Un éxito que también tiene que ver con la cultura mediterránea. “Es algo Mediterráneo, los tres centros de esta cultura son Francia, Italia y España, tres países donde no se concibe el consumo de alcohol sin acompañarlo con comida. Quizá por eso el éxito del vermut al ser un tipo de bebidas que va muy bien con ciertas tapas o aperitivos”, dice Monti.
El auge del vermut arranca “hacia 2012”, fecha desde la que se observa un aumento de las ventas y la aparición de nuevas marcas. Por otro lado, con la pandemia hubo un cambio en el consumidor y en el ocio. “La persona que tomaba un vermut barato en casa pasó a aumentar su gasto en marcas premium, lo que desplazó la demanda hacia ese nicho”, comenta.
Por su parte, a raíz de la pandemia se han dado nuevos usos y formas de ocio. “Se prefiere salir más de día y menos de noche, donde el vermut encaja mejor que otras bebidas”, sostiene el comunicador de origen belga, que no cree que esta bebida sea ajena a la tendencia de consumo descendente que vive la industria de las bebidas alcohólicas. “Aunque hablamos de un descenso en el consumo de alcohol, realmente los productos que están bajando son las bebidas de batalla. La industria lleva varios años diciendo que hay que beber menos, pero beber mejor”, sentencia Monti. Alea jacta est.
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