Una de las joyas de la gastronomía valenciana es la paella, pero esto no quiere decir que este plato sea el único destacable de la zona. De hecho, además de las muchas, muchísimas formas que conocen y han perfeccionado para preparar el arroz, existen otros muchos platos que harán que cualquier amante de la buena mesa se levante de ella satisfecho y con ganas de que pase el tiempo para tener que volver a comer.
Nada mejor que finalizar una buena comida con un bocado dulce y de eso también parecen saber mucho en Valencia, donde a pesar de que hay algunos dulces tradicionales que se han convertido en los más conocidos, como sucede con los fartons o el turrón, hay otras muchas opciones, muy diferentes entre sí, que seguro que consiguen conquistar incluso a los paladares más exigentes.
Porque una gastronomía memorable consigue precisamente eso, que los amantes de los platos salados se sientan satisfechos y quieran dejar un huequito para el postre, pero también que los más ‘dulceros’ se dejen seducir por los platos previos logrando que el momento del postre sea solo uno más y no el más memorable. Eso sí, si hablamos del desayuno o la merienda, estos dulces se convierten en protagonistas indispensables, ya sea acompañados de un café, un vaso de leche, una infusión… o una deliciosa horchata.
Dulces típicos de Valencia que tienes que probar
Para gustos se hicieron los dulces y en Valencia hay varios que desde hace tiempo forman parte de la cultura gastronómica de este lugar. No existen mejores ni peores, solo una pequeña selección que promete hacer las delicias de los amantes de este tipo de recetas, ideales para conquistar incluso a los más exigentes.
Fartons. Indispensables para todo aquel que viaje a Valencia y sobre todo esté buscando algo para acompañar su horchata. No es un dulce histórico, de hecho su origen está en la década de los 60, en Alboraya, pero en ese tiempo ha sabido hacerse un hueco y ganarse el corazón de valencianos y visitantes.
Coca de llanda. Una receta sencilla, una coca dulce que se ha convertido en imprescindible para los amantes de los postres. Nació como un recurso fácil en una economía de guerra y su base sencilla hace que combine a la perfección con lo que se le quiera añadir. Parece fácil, pero hay que cogerle el punto para que salga bien.
Arnadí. En Semana Santa y Cuaresma este es uno de los postres indispensables. De origen musulmán, tiene una base elaborada con calabaza y azúcar y se adorna con almendras. Se prepara en un recipiente de barro.
Panquemao. Este postre se come tradicionalmente en Lunes de Pascua, aunque se ha convertido en imprescindible durante todo el año gracias a su éxito. Su interior esponjoso y blanco contrasta con el tostado, casi negro, de su exterior, de ahí su peculiar nombre.
Buñuelos de calabaza. En las Fallas de Valencia no pueden faltar los buñuelos y menos los de calabaza, que suelen tomarse junto con chocolate caliente. No son exactamente valencianos, pero nunca faltan en sus fiestas, cuando más se necesitan para reponer fuerzas.
Mazapanes de Sant Donís. Desde el siglo XVIII se regala el 9 de octubre este postre de frutas de mazapán. Es el Día de la Comunitat Valenciana, pero también se celebra la ‘mocaorà’, una especia de día de los enamorados donde es tradición regalar un pañuelo con una bandeja de estos dulces.
Pasteles de boniato. Cualquier época del año es buena para comer un pastel de boniato. De origen árabe, son pequeñas empanadillas rellenas de boniato y con un toque de canela que ayuda a que los sabores se unan. Se suele acompañar de un café, una infusión o un vino dulce para después de comer.
Rollitos de anís. Ideales para la sobremesa, se suelen tomar en fiestas, sobre todo Navidad y Semana Santa, también son muy frecuentes en la merienda. Se les conoce también como borrachets a causa del anís que les da nombre.
Turrones. Estos dulces son típicos en toda España durante las fiestas Navideñas. Fueron los árabes quienes los introdujeron en nuestro país y los más famosos son los turrones de Jijona, donde ya se elaboraban en el siglo XVI, y de Alicante, blando y duro.
Polvorones. Los polvorones son también un icono de la repostería valenciana, elaborados con manteca da cerdo, son una modernización de los tradicionales mantecados, con un acabado delicado y una textura más suelta. Hay múltiples variedades, y cada vez más, pero los clásicos de almendra suelen ser los más demandados.
Dulces que han conseguido hacerse un hueco en la cultura valenciana, pero en muchas ocasiones también a nivel nacional, pues pocas casas prescinden de turrones y polvorones durante las fiestas de Navidad. Muchos de ellos son solo aptos para los más golosos, pero todo aquel que pase por allí debería darse el placer de, por lo menos, probarlos. Quién sabe si volverá de Valencia con varias cajas de dulces bajo el brazo.