¿Es verdad que si comes queso antes de beber no tendrás resaca?

  • Esta recomendación se hace en varios artículos y vídeos que se han hecho virales en las últimas semanas

  • Se podría pensar que merece credibilidad porque se basa en un estudio científico, pero dicho estudio deja bastante que desear y no permite extraer esa conclusión

  • Así pues, lo mejor es tratar de evitar o reducir el consumo de alcohol en la medida de lo posible

Uno de los precios que se pagan por beber alcohol en ciertas cantidades es la resaca, una sensación de malestar generalizado que se manifiesta unas horas después de la ingesta: dolor de cabeza, apatía, mal humor, cansancio, dolor muscular, molestias gastrointestinales, sequedad en la boca, trastorno del sueño… Lo más parecido a sufrir una especie de gripe de corta duración.  

Como podemos imaginar, nadie quiere sufrir esas molestias después de consumir alcohol. Por eso existen infinidad de productos comerciales que supuestamente son efectivos en ese sentido: complementos a base de vitaminas y minerales, bebidas 'milagrosas'… También hay quien opta por los remedios caseros, como tomar un chupito de aceite antes de beber.  

Desde hace unas semanas hay que sumar a la lista otro supuesto remedio contra la resaca: consumir queso antes de ingerir alcohol. Esto es al menos lo que se afirma en algunos artículos y vídeos que se han hecho virales a través de las redes sociales.  

En un principio podríamos pensar que se trata de una barbaridad sin fundamento alguno. Y estaríamos en lo cierto. Pero la recomendación se apoya en un estudio científico, lo que puede hacernos dudar. Así que veamos de qué se trata.

¿A qué se debe la resaca?

La resaca es un fenómeno complejo que se debe a varias causas derivadas del consumo de alcohol, que desde el punto de vista científico se conoce como etanol. Pero sin duda, una de las más importantes se debe a la toxicidad del acetaldehído, que es un compuesto intermedio que se forma a partir de la metabolización de ese etanol. Cuando bebemos mucho, ese compuesto se acumula en nuestro organismo, produciendo síntomas como dolor de cabeza, mareo, malestar digestivo, etc. 

Lo que dice el estudio 

En nuestro organismo la metabolización del alcohol se produce sobre todo en el hígado y es llevado a cabo principalmente por dos enzimas: una que transforma el etanol en acetaldehído, y otra que transforma ese acetaldehído en acetato. 

El estudio que protagoniza este artículo se basa en la idea de utilizar un modo de facilitar o acelerar esa transformación del acetaldehído en acetato para que así el primero no se acumule en nuestro organismo, lo que reduciría los síntomas de la resaca y el daño hepático.  

Para ello investigan el uso de dos bacterias concretas que son capaces de transformar ese acetaldehído: Lactiplantibacillus plantarum y Bifidobacterium. Lo que hacen concretamente es elaborar un queso con esas bacterias, en el que estas permanecen vivas, y alimentan con él a ratones de laboratorio a los que previamente se les suministra etanol.

El estudio concluye que de ese modo se reduce la concentración de alcohol y acetaldehído en sangre, lo que podría aliviar las resacas e incluso podría prevenir la lesión hepática causada por el alcohol.  

Ahora bien, antes de sacar conclusiones precipitadas y ponerse a comer queso como si nos inmunizara frente al alcohol hay que tener muy en cuenta algunas cuestiones importantes. 

Comer queso no evita la resaca

Un aspecto fundamental del estudio que hay que tener muy presente es que está realizado con ratones de laboratorio. Es decir, simplemente sirve como punto de partida para realizar más investigaciones. Por el momento no podemos ni debemos deducir que eso es aplicable o extrapolable a seres humanos

Otro aspecto muy importante es que el posible efecto beneficioso para mejorar la eliminación del acetaldehído no se debe al consumo de queso, sino a la acción de dos bacterias muy concretas (que no suelen estar presentes en los quesos que comemos).

También hay que tener en cuenta que el acetaldehído es un compuesto genotóxico, es decir, capaz de dañar el material genético, de modo que no existe una dosis segura de consumo. Es decir, el hecho de poder mejorar el metabolismo y la eliminación del acetaldehído no elimina los riesgos asociados a su toxicidad, como el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer.  

En definitiva, comer queso no va a evitar que tengamos resaca. Y sobre todo, no va a eliminar los riesgos del alcohol. Por eso, la mejor medida es tratar de evitar o reducir su consumo en la medida de lo posible.  

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