Cómo montar una tabla de quesos gourmet perfecta para una cena especial

Es todo un arte saber preparar una buena mesa y no solo hablamos del lugar en el que se colocan los platos y los cubiertos. Hay muchos elementos que hay que tener en cuenta, como encontrar el menú perfecto, seleccionar las bebidas ideales para la comida o saber escoger el centro de mesa adecuado para que de elegancia al evento sin resultar molesto o impedir que los comensales puedan hablar cómodamente entre ellos, de hecho puede que esos pequeños elementos que colocamos para que la mesa luzca mejor tengan que ser quitados porque no resultan prácticos. 

Más allá de la decoración, el menú es esencial y en ello se suele invertir una gran cantidad de tiempo. Es indispensable que sea del agrado de los invitados, pero también que sean preparaciones que sepa hacer quien se encarga de cocinar. De hecho, no es raro que si queremos deslumbrar hagamos alguna prueba previa, para los de mayor confianza, quienes no tendrán miedo a señalar si existe alguna falta o hay algo que modificar. 

Elegir el menú es clave, pero tal y como señalábamos antes, la presentación es de vital importancia, porque, como se suele decir, ‘comemos con los ojos’. Algo que tiene un aspecto espectacular tendrá más probabilidades de contar con la aprobación de los comensales. Si además viene acompañado de un aroma de categoría, tendremos asegurado, por lo menos, el aplauso inicial. 

No es que los amantes del queso necesiten que luzca de una forma determinada para querer probarlo, pero preparar una tabla de quesos no siempre es sencillo, hay algunos tips que conviene conocer antes de lanzarse a la aventura porque antes de los platos principales suelen estar los aperitivos y nada da más prestancia que una buena y completa tabla de quesos gourmet. 

Cómo montar una tabla de quesos gourmet 

Para montar una tabla de quesos que sea sinónimo de éxito es importante prestar atención a tres elementos indispensables: la selección de quesos, cómo acompañarlos y cómo presentarlos. 

Existen una gran cantidad de quesos, eso no es una sorpresa para nadie, de hecho es uno de los puntos a favor para este tipo de presentaciones, por eso, saber qué quesos queremos ofrecer es esencial. En estos casos también es importante tener clara la finalidad de nuestra tabla de quesos, si se trata de un aperitivo, una cata o una pequeña parte de una gran selección de entrantes. 

Enfrentarnos a todos los quesos posibles puede llegar a resultar abrumador, pero por suerte podemos dividirlos en cuatro categorías que facilitan y simplifican mucho las cosas. Por un lado, podríamos tener los quesos frescos, son quesos blandos, suaves, que suelen emplearse como ingrediente principal en ensaladas. También están los quesos curados, que llevan un proceso de maduración y suelen clasificarse en tiernos, semicurados y curados. Estos son los más habituales en aperitivos y entrantes. 

Tenemos también los quesos cremosos, estos tienen una mayor cantidad de grasa que los hace untables, no son sólidos, y suelen comerse solos con pan. La cuarta categoría podría ser la de quesos azules, que tienen un olor fuerte y un aspecto que no siempre resulta atractivo, porque parecen mohosos. Son quesos fuertes que quedan muy bien con otros ingredientes dulces. 

No es necesario excedernos a la hora de seleccionar los quesos, no tiene por qué haber varios de cada una de las categorías. De hecho, una pequeña selección de unos cinco o siete sería más que suficiente para hacer las delicias de los comensales. Escoger diferentes maduraciones o texturas le dará un toque original a nuestra presentación y ayudará a hacerla más sorprendente, nadie se aburrirá por comer lo mismo o quesos muy parecidos, un riesgo que corremos si escogemos demasiadas opciones. Una buena idea es dejarlos atemperar un rato antes de llevarlos a la mesa, para servirlos en su punto perfecto. 

Una vez que están escogidos los quesos, es importante saber cómo combinarlos. Tal y como hemos visto, algunos potencian su sabor con complementos dulces, pero otros no necesitan nada, salvo pan tostado. Podemos acompañarlos de diferentes tipos de pan o de vinos, pero también de otros embutidos, de frutos secos o de algunos dulces, como fruta fresca, membrillo, miel o mermelada. 

La forma de presentarlos en la bandeja o tabla, si queremos permanecer fieles al concepto, depende un poco más del arte que tenga cada uno. Conviene colocarlos agrupados, para que se sepa qué tipo de queso es que se coge, pero dónde y cómo colocarlos en la superficie depende de cada cual, así como la forma de poner los acompañamientos. Hay quien querrá que todo aparezca por separado, para no influir en la forma de comerlo, pero seguro que otras personas prefieren guiar a sus invitados para que sepan cómo sacarle el máximo partido a cada queso. 

En manos de cada cual está la manera final de presentarlo, solo habrá que tener un poco de gusto y paciencia. No tiene por qué salir perfecto a la primera y seguro que a nadie le importa repetir la cena las veces que sea necesaria hasta encontrar la selección de quesos perfecta y la manera de presentarlos.