La tarta de queso es uno de los postres más demandados, con todo tipo de variedades y que cuenta con una legión de fans que no dudan en hacer todo tipo de recorridos para catar las que tienen mayor reconocimientos. Una de ellas es La Tarta de la madre de Cris, un imperio dedicado a esta famosa tarta levantado por una jubilada y que ha dado empleo a sus propias hijas. Ella es Pilar Molina, que después de trabajar 35 años como profesora de Lengua y Literatura en un instituto de Granada, se vio dedicándose a comercializar la tarta de queso de receta familiar cuando le llegaba el momento de la jubilación. Todo ocurrió de la manera más casual, pero el éxito la ha acompañado desde el día que cambió las aulas por la repostería.
Pilar Molina sabía que su tarta era apreciada por todos los que la probaban, así que la preparaba cada vez que había una ocasión especial. Pero ni los halagos más entusiastas le hacían presagiar lo que estaba por venir. Su hija Cris había preparado una fiesta con compañeros de trabajo y le había pedido a su madre que la ayudara con una de sus famosas tartas. En esa fiesta se encontraba el gerente de un restaurante, que quedó tan fascinado con la tarta como el resto de asistentes y tuvo claro que aquel manjar debía comercializarse. El nombre estaba decidido: La Tarta de la madre de Cris, que era como se referían a ella los amigos de su hija.
Un negocio de éxito no se hace de la noche a la mañana, pero Pilar supo dar los pasos correctos para que lo impensable sucediera. Con la ayuda de su marido farmacéutico y del asesoramiento de varios amigos, convirtieron el garaje de su casa en un obrador que cumplía con todas las medidas sanitarias, y allí comenzó a elaborar tartas y más tartas. Para darles salida, alquiló un local en la Plaza de la Pescadería, en un sitio muy turístico de Granada junto a la Catedral. Pilar ofrecía degustaciones gratis a los que pasaban por la puerta de su pequeño negocio y no tardaron en formarse colas en la puerta para comprar La Tarta de la madre de Cris.
Del pequeño obrador del garaje tuvieron que pasar a una nave en un polígono para ampliar el espacio. Todo continuó haciéndose de manera artesanal, pero el negocio crecía y había que adaptarse al aumento de la demanda. Solo unos años después de abrir la primera tienda en Granada, su hija Cris, la que da nombre a la tarta, abrió una tienda en Málaga. Y Marta, su otra hija, volvió de Orán, donde trabajaba como arquitecta, y abrió otra en Sevilla. El pasado mes de diciembre abrieron su primera tienda en Madrid, y ya planean la expansión en la capital.
La Tarta de la madre de Cris es una tarta de queso tradicional, muy cremosa pero con la firmeza necesaria para no desarmarse. El sabor desprende algo natural que te hace saber que es casera. A día de hoy, con 6 tiendas abiertas y 50 empleados, ofrecen una amplia variedad de tartas, como la de chocolate con arándanos, la de queso con base de brownie o la de queso azul, que es todo un éxito de ventas. Las puedes comprar en sus locales, pero también las envían a domicilio, bien refrigeradas, a todo el país, aunque también las han llegado a mandar a Inglaterra o Bélgica. Han pasado ya diez años desde que Pilar Molina inició esta aventura, y todo apunta a que le quedan muchos más al frente su imperio de tartas.
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