Dani Martín es sinónimo de revolución y repele seguir modas. Una figura que también encarna la evolución en la música española. Un jovencísimo Dani saltó a la fama como líder de El Canto del Loco, la popular banda que marcó a toda una generación con sus mensajes de rebeldía juvenil y amor adolescente, convirtiéndose en himnos de los 2000.
Cuando El Canto del Loco se separó en 2010, el artista dejó atrás el enfoque juvenil y colectivo para sumergirse en una música más introspectiva, reflejando su metamorfosis como artista, pero siempre combinando el pop, el rock y elementos acústicos con una producción que resalta su voz rasgada y expresiva. Algunos de sus discos en solitario, como Pequeño (2010) o La Montaña Rusa (2016) están impregnados de letras que exploran temas como el desamor, la pérdida, el crecimiento personal y la búsqueda de identidad.
En él conviven dos caras: el rockero vibrante que hizo cantar a toda una generación y el cantautor introspectivo que desnuda su alma en cada canción. Esta dualidad podría ser la clave de su éxito. Un éxito que ahora pretende retomar con el lanzamiento de su último disco tras un parón de cuatro años en la industria.
Este viernes 29 de noviembre, por fin llega su nuevo álbum, El último día de nuestras vidas. Un total de diez canciones -de las que se conocieron dos antes de la fecha de lanzamiento- y ningún dueto que se han hecho de rogar. Y es que se esperaba que la fecha fuera el 8 de noviembre, pero la DANA que arrasó la Comunidad Valenciana y otras zonas del país también sacudió su agenda, y decidió posponerlo.
Durante todo este tiempo de silencio musical, el cantante ha tenido que hacer frente a varios problemas. Y pese a que ahora regresa renovado con su gira 25 p*t* años, con 31 kilos menos y más puto loco -como el título de uno de sus temas del disco- que nunca, lo cierto es que no ha sido fácil conseguirlo.
El intérprete de Qué bonita la vida ha tenido que hacer frente a numerosos problemas en estos últimos años, como la ansiedad. Un problema de salud mental que le llevó a tomar una de las decisiones más importantes de su vida: alejarse de la música.
"Soy una persona con tendencia a engordar, con ansiedad, con dificultad para concentrarme y ser capaz de aprender a tocar un instrumento musical de manera que yo considere correcta. A veces estoy delgado y otras hinchado. Emocionalmente no soy una persona muy equilibrada, sufro mucho (...). Nos vemos en unos años, sed felices. Hasta luego, hasta siempre, hasta cuando surja de verdad", explicaba hace dos años, cuando anunció que se retiraba temporalmente de los escenarios, sorprendiendo a toda España y a la industria musical.
Una difícil situación de la que, poco a poco, y a base de mucho aprendizaje e ir a terapia, consiguió salir. Esta no ha sido la única batalla a la que se ha enfrentado. También se ha peleado con la báscula. En el verano de 2023 decidió pesarse y se quedó en shock con el resultado: 94,7 kilos. "Nunca había llegado a 90", confesó hace unas semanas a El País. Por ello, decidió bajar peso. Llegó a perder 31 kilos. "Me encerré en casa, dejé de beber alcohol y me puse a comer sano, mucho, una dieta antiinflamatoria", ha explicado.
Uno de los cambios que tomó en su vida y que más le han servido para adelgazar fue permanecer sobrio. "Hay a gente que le sienta mejor el alcohol y hay a gente que le sienta peor; a mí no me sienta del todo bien. Y ahora soy mucho más feliz", aseguró.
Dani Martín no ha escondido su nuevo aspecto físico. Fue en febrero de este 2024 cuando llamó la atención de propios y extraños al reaparecer, visiblemente cambiado. Tras la presión mediática, decidió revelar el motivo de su cambio a través de un post en las redes -que ya ha borrado- en el que decía: "He adelgazado porque me estoy cuidando, no estoy mal ni tengo depresión ni nada de eso. De hecho, tengo la piel mejor, duermo mejor, y todo mejor. Porque el estar gordito de alegría es maravilloso, pero el estar saludable por una alimentación maravillosa es increíble".
El artista siempre ha abogado por aceptar los físicos de la gente, tal y como demuestra en el primer sencillo del álbum: "Yo quiero poder engordar, que tú lo hagas también, que las siluetas no importen. Yo quiero una vida normal, que no queramos pasar, si no te sale, te jodes".
De hecho, durante la escucha de su disco que realizó en el Wizink Center los días 25 y 26 de noviembre con un grupo exclusivo de sus fans, señaló a EFE: "Tengo suerte de que a mi público no le importa cuánto pese, me quieren por mis canciones, no por mi físico. Cuando hice la última gira pesaba 31 kilos más que ahora y fue cuando vendí más entradas. Me parece muy bonito, y eso dice mucho de la gente que viene a verme".
Ahora, su gran propósito es que El último día de nuestras vidas no se quede atrás en cuanto al triunfo de sus anteriores discos, dar su versión más auténtica y revolucionar el panorama actual de la industria con canciones que resumen "muchas cosas que me remueven los intestinos y el cerebro", reflexiona el artista.
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