Nadie podía sabía cómo iba a terminar la obsesión de Inés por Hugo, pero desde luego lo inimaginable era que acabase tal y como lo ha hecho. La relación secreta de Hugo con Ainara, hija de Inés, hizo que la analista de datos de 42 años se desequilibrase por completo, estando dispuesta a hacer lo que fuera con tal de separarles y de que el adolescente siguiese a su lado. Finalmente no lo ha conseguido pero por trágicos sucesos.
La historia de Hugo e Inés había empezado la noche en la que Antonio, marido de Inés, la dejó y se llevó a su hija Ainara con él, justo en un momento tan delicado como fue la pérdida del bebé de Inés por un aborto espontáneo. El abandono de su familia y los traumas de su pasado hicieron que la analista de datos tomase la decisión de quitarse la vida adentrándose en el mar, pero Hugo apareció justo a tiempo y la salvó.
A partir de entonces, Inés comenzó a mantener encuentros íntimos con el joven de 15 años. Ambos guardaron su escandaloso (e ilegal) secreto. Sin embargo, poco a poco iban apareciendo cada vez más inconvenientes para encontrarse a escondidas. Por ello, Inés llegó hasta adentrarse en casa de Hugo conquistando a su padre, Tomás, un viudo que no había rehecho su vida en todos estos años, para así estar aún más cerca de él.
Pero fue Tomás el primero en descubrir lo que estaba pasando entre Inés y Hugo. Lo hizo, además, pillándoles 'in fraganti'. Tomás sufría entonces un infarto debido al 'shock' de ver esa situación... e Inés le dejó morir para que su relación con Hugo siguiese siendo posible.
Pronto Mauro, el hermano mayor de Hugo, acabaría también por descubrirlo. La tragedia en la familia Ribó se repetiría pero esta vez de forma aún más trágica, con Hugo implicado en el suceso. Hecho que posteriormente utilizaría Inés contra Hugo en los momentos en los que él se plantearía dejar la relación.
Durante todo este tiempo, Inés ha estado batallando contra los fantasmas de su pasado. En concreto, con el de su madre, a la cual tenía ingresada en secreto en un centro psiquiátrico. Ella era la responsable directa de sus traumas de infancia. Inés sufrió maltrato psicológico constante y presenció una escena horrible siendo aún muy pequeña.
Desde entonces, el miedo de Inés siempre había sido quedarse sola. De ahí sus obsesiones y sus demandas de atención. Con Hugo, en concreto, aprovechaba su superioridad como madrastra para marcarle límites. Pero el adolescente cada vez se sentía más "atrapado".
De todo, con lo que menos contaba Hugo es que su hija Ainara se enamorase del joven nadador. Y que fuese, además, recíproco. Hugo y Ainara fueron avanzando poco a poco en su relación, hasta que él llegó a confesarle todo lo que había vivido. Ainara y Hugo decidieron entonces poner fin a esta espiral de tragedias fugándose. Sin embargo, un asesinato a sangre fría en plena madrugada provocó que los adolescentes no pudiesen vivir su historia de amor.
Inés había traspasado límites inimaginables mientras el círculo sobre ella se iba estrechando poco a poco. A pesar de que hasta ahora había salido con soltura de todas las situaciones, una discusión con Hugo provocó que el joven por fin se diese cuenta de con quién había estado. La misma discusión se produjo en la playa donde se conocieron... pero esta vez terminó con un final distinto y, de nuevo, un sobrecogedor suceso.
Acorralada, toda la verdad acabó saliendo a la luz. Lo que para todos era un escándalo, para Inés se trataba de "amor de verdad" a pesar de que nadie lo entendiese. De esta forma, terminaba este relato de una obsesión.