La obsesión de Inés por Hugo ha llegado a límites inimaginables. La analista de datos de 42 años estaba dispuesta a todo con tal de que el adolescente permaneciera a su lado. Y la aparición de Ainara, su hija, en escena, había complicado todo.
La historia de Ainara y Hugo había empezado poco a poco. La hija de Inés había sentido una atracción por el joven que con el paso del tiempo fue correspondida. Al final, Hugo y Ainara se enamoraron e incluso el adolescente le confesó a su nueva novia todo lo que había pasado desde que Inés entró en su vida, desde las relaciones sexuales que había mantenido con ella en este tiempo hasta las desgracias familiares que había tenido a consecuencia de ello.
Pero lo que ninguno de los dos sabía era que Inés se había enterado de su relación. La madre de Ainara y también madrastra de Hugo (se había casado con su padre para así vivir con él en la misma casa) fingió que no sabía nada, pero en realidad estaba calculando su próximo movimiento. Mientras, Hugo y Ainara planearon su fuga.
Hugo le había dicho a Ainara que se sentía atrapado en su relación con Inés. Ella le había propuesto acudir a la policía, pero sabía que eso también podría llevar a Hugo a un centro de menores, así que optaron por irse juntos y alejarse de todo. No obstante, Inés habló con Ainara advirtiéndole, entre líneas, que "todo lo que hacemos tiene consecuencias".
Hugo y Ainara habían quedado en mitad de la noche para empezar una nueva vida. Sin embargo, su plan se vio frustrado por una tragedia: un asesinato a sangre fría en mitad de la noche.