‘Ella no quería irse’. Así se titula la nueva entrega de ‘En el nombre de Rocío’ en la que la hija de ‘La más grande’ narra cómo fueron los últimos días de vida de su madre. Tras el empeoramiento de su estado de salud en Houston, Rocío Jurado decidió regresar a España para compartir con sus seres queridos sus últimos momentos.
Ante el deseo de Rocío, buscaron el momento para poder llevar a cabo ese traslado: “Esperábamos a que estuviese un poco más recuperada para poder traerla”. Fue en un leve momento de mejora cuando pudieron realizar ese viaje de vuelta a casa.
“Se hizo a través de Ángel Nieto. Él llamó a Paco Hernando para que le pusieran a mi madre un avión medicalizado. Paco convirtió un avión privado en una UVI. Fue gracias a ellos, no tendré vida para agradecerles. Si eso no hubiese sucedido, ella habría muerto fuera de su casa”.
Al llegar a España, Rocío Jurado pudo vivir en su hogar, ya que también se le medicalizó su habitación. “En esa casa estaba la familia de Gloria y de José Antonio, mi tío Juan, Amador, Rosa y sus cuatro hijos, fans de mi madre… Había muchísima gente. Pero creo que todos estaban con su mejor intención”.
Su estado de salud no evolucionaba favorablemente: “Había días que estaba muy cansada, emocional y físicamente. Y había días en los que no podía más. Esos eran sus estados y sus momentos”, cuenta Rocío.
Rocío Carrasco pudo despedirse de su madre, aunque ella no lo recuerda como “una despedida como tal”: “Era algo que entre nosotras era innecesario. Yo hablé con ella en vida todo lo que tuve que hablar, le dije todo lo que tenía que decirle”.
No obstante, madre e hija compartieron un momento a solas antes de que ‘La más grande’ se fuera para siempre: “Esa madrugada en que se fue, la habitación estaba llena de gente. Pedí que, por favor, se saliera todo el mundo. Me tiré al lado de ella en la cama. Ella ya no estaba consciente. Yo veía que su corazón no paraba, fuerte, fuerte, fuerte. Ella no se quería ir, ella tenía una lucha. Le pegué la cabeza en el oído y le dije que todo se quedaba bien, que se fuera tranquila”.