Rocío Jurado fue enterrada en Chipiona, su localidad natal. Toda su familia fue hasta allí desde la casa de La Moraleja, por lo que tuvieron que volver allí a recoger sus coches tras la ceremonia. Amador Mohedano, Rosa Benito y sus hijos “estuvieron un momentillo y se iban a su casa a descansar”, pero al parecer Gloria Mohedano estuvo más y le dio tiempo a hacerle un desafortunado comentario a Rocío Carrasco.
Cuando Rocío Carrasco volvió a entrar a la casa de su madre, se le vino “el mundo abajo porque de repente veía su casa sin ella”. “Estaba llena la casa y yo la veía vacía porque ella ya no iba a estar”, contó en ‘En el nombre de Rocío’.
“Me senté en un sofá del salón para tomar aire y en ese momento entró Gloria en la casa, vino donde yo estaba, me dio un beso y un abrazo y se sentó a mi lado. Y me dice: ‘Lo que a mí sí me gustaría para mi casa es ese mueble”.
Estas palabras dejaron totalmente descolocada a Rocío Carrasco. Ante su cara de estupefacción, Gloria insistió: “Sí, que ese mueble me vendría a mí muy bien para mi casa de Sevilla”.
Rocío Carrasco se levantó y se dirigió a la cocina, donde estaba Fidel, al que le dijo en ese mismo momento que se marcharan de la casa.
“Pero esa fue la llegada a casa de mi madre. Porque mi llegada a mi casa ya se sabe también cómo fue”, avanzó la hija de la artista. Al parecer, cuando volvió a su casa tras el funeral, su hija Rocío Flores lo primero que le dijo, incluso antes de darle un beso o un abrazo, fue preguntarle por las casas que su abuela tenía en Miami. “Yo sabía que eso era una programación”, afirmó Rocío Carrasco.