Tamara Ramos acude al plató de 'El programa del verano' para contar todos los detalles de la denuncia que puso a Luis Rubiales por acoso laboral y explicar cómo está viviendo toda la polémica que rodea al beso del presidente de la RFEF a la jugadora Jenni Hermoso.
La entrevistada salió a la luz la pasada semana cuando concedió una entrevista a nuestro reportero para contar su caso personal. Tamara Ramos explicó al reportero que sufrió acoso en su puesto de trabajo en AFE por parte de Luis Rubiales, que en aquel entonces era su jefe directo: "Sufrí humillaciones, goles -en la mesa- y delante de los futbolistas me decía 'has venido a ponerte las rodilleras".
Tras la intervención en nuestro programa, Luis Rubiales se defendió explicando que existe una buena relación entre ambos y que, incluso, él es padrino de la hija de la víctima. Ante esto, Tamara Ramos es clara: "Inicialmente teníamos buena relación, él es una persona que siempre lleva un papel de victimismo, en algún momento me daba hasta pena, como que todo el mundo iba en contra de él...". Luego, sobre ser el padrino de su hija, sentencia: "Él es el padrino de mi hija mayor porque mi expareja se lo otorga sin consultármelo, vino al bautizo nada más y no la volvió a ver".
"Era un acoso, aparecía en mi casa a las 23:00 horas de repente o me llamaba a las 12 de la noche para que le preparara algo... aparte de pedirme cosas personales", comenta Tamara Ramos. Sin embargo, la víctima explica cuando empeoró por completo su relación con Luis Rubiales: "Cuando me quedé embarazada, eso ya fue insoportable...".
Al verbalizar la situación del embarazo, Tamara Ramos entra en un estado de nervios al recordar lo vivido: "Me vejaba constantemente, a lo mejor estábamos en una reunión y decía 'ésta está preñada, se le han ido las neuronas". Tras esto, la entrevistada no puede continuar, tiene que beber agua para calmarse y poder continuar su relato.
Tamara Ramos confiesa que vivía en un estado de ervios y miedo cada vez que iba a trabajar: "Yo, según él entraba, por la forma de pisar, ya sabía si venía gracioso, agresivo... él era super agresivo, de repente llegaba y metía un puñetazo a la mesa por detrás o daba patadas a las puertas". Una situación muy difícil que se vivía en la AFE con los empleados: "Con los hombres no tanto, los respetaba más, aunque también los trataba mal".
"Yo he llorado alguna vez que me metía en el despacho porque no podía más y en el baño he llorado increiblemente", sentencia. Además, recuerda el momento en el que un compañero le dijo que tenía que denunciar: "Cuando Rubiales desvela en público mi embarazo, recuerdo que me fui al baño a llorar, me cogió y me dijo 'esto no lo podemos permitir, tienes que denunciarlo ya y no podemos seguir así".
Tamra Ramos es clara a la hora de definir lo que vio en la rueda de prensa de Luis Rubiales: "Fue la prepotencia en estado vivo". Pero no se queda ahí y también señala a los que se levantaron a apoyar al presidente: "Culpabilizo a todas las personas que aplaudieron y que estuvieron jaleando ahí. Conozco a muchísimos, creo que deberían dimitir del primero al último".
"Pero vamos, que esto es la punta del iceberg, no olvidemos el currículum de este señor, no es solo el 'piquito' a Jenni Hermoso... parece que ya por fin podemos hablar más y poner las cosas sobre la mesa", apunta de forma tajante la entrevitada.
Por otro lado, sobre que la madre de Luis Rubiales se haya encerrado en una iglesia en huelga de hambre y que las personas que le defiendan públicamente sean sus primas, todas mujeres, Tamara Ramos sentencia: "Él está con la batuta detrás segurísimo, es que es la forpa psicópata de cómo es él... Entiendo que es una madre, pero yo también tengo madre y muchísima gente que se ha quedado en la calle o que ha sufrido acosos por su parte tienen madre".
Tamra Ramos explica la presión que sufrió el día que se celebró el juicio y la técnica que Luis Rubiales utilizó: "Llegamos al día del juicio, él se llevó a todos los empleados para coaccionarme y que me sintiera pequeñita. ¡A todos!".
"Entramos en sala, el único que entró fue David Aganzo, que en aquel entonces era amigo de Luis Rubiales", comenta Tamara Ramos sobre la influencia que tenía el protagonista sobre las personas. "Ya la jueza le dijo que 'no', que de ninguna forma yo podía volver a trabajar con ese señor y nos instaba a que llegáramos a un acuerdo", finaliza.