'El programa del verano' informa en exclusiva del despiste que tuvo Daniel Sancho tras cometer el crimen que lo posicionó como el principal sospechoso de la muerte de Edwin Arrieta nada más conocerse el suceso. La declaración de un testigo, las cámaras de seguridad y una mochila olvidada son clave en la investigación.
Daniel Sancho se encuentra encerrado en la prisión de Koh Samui por el crimen a Edwin Arrieta. Los agentes continúan analizando el caso y, sobre todo, buscando el torso del fallecido en el fondo del mar, buceando en el lugar en el que el español confesó haber tirado las partes descuartizadas del cadáver, ya que es clave para saber si apuñaló en el pecho a la víctima.
Por el momento, los forenses confirman a través de su estudio en las partes del cadáver, la víctima sufrió un golpe en la cabeza, como bien apuntaba a los agentes Daniel Sancho, y que el motivo de la muerte de Edwin Arrieta fue por degollamiento. Es decir, el fallecido todavía estaba vivo en el momento en el que el preso empezó a descuartizarlo.
Tras cometer el crimen y descuartizar a la víctima, Daniel Sancho quiso aparentar total normalidad en su vida diaria. El español se paseba por la isla con su moto, como si nada, como así muestran las imágenes de las cámaras de seguridad que tiene en su poder la policía. Sin embargo, pese a todo el fingimiento, él ya era el sospechoso número uno debido a un gran despiste...
Los investigadores tienen la declaración de un testigo que es fundamental en el caso. Éste dice que Daniel Sancho, en un restaurante de la isla, "tenía su mano derecha vendada y estaba sangrando". Además, pánico de los nervios, el español se dejó en el establecimiento una mochila que contenía en su interior un cuchillo y una venda con sangre.
Un olvido que hizo saltar todas las alarmas a los agentes, que inmediatamente pusieron el foco en el español como principal sospechoso del crimen. Ahora, sólo falta que la policía entrege el informe a Fiscalía detallando todos los hechos del caso y cómo Daniel Sancho mató, descuartizó y se deshizo del cadáver de Edwin Arrieta en Tailandia.