El primer día de juicio, la madre de Rocío Wannninkhof, Alicia Hornos, aún no podía estar presente en la sala al no haber justificado aún. No obstante, quiso estar presente en las afueras y llegó de riguroso negro.
Portaba una foto de su hija de tamaño considerable. José María Garzón, abogado de la familia, recuerda lo que supuso aquel momento: “Todo el mundo se quedó con esa imagen. Era un poco la exposición pública de qué era lo que había pasado esa madre”.
“El deterioro físico que tenía Alicia era más que notorio, pero es que el deterioro físico no es más que producto de un deterioro psicológico”, continua.
La periodista cubría la información en aquel momento y fue testigo de lo que ocurrió: “Alicia aparece en el juicio como una madre destruida. La cara de Alicia es la cara del dolor. Estaba convencida de que la asesina de su hija era la mujer con la que había compartido su vida”.