A lo largo del documental, Dolores recuerda varios episodios del infierno que sufrió en aquella etapa de su vida. Entre otras cosas, ha echado la vista atrás para compartir sus sensaciones al ingresar en prisión.
“Llegué con muchísimo miedo. Me pasaron para dentro para hacer las huellas y fotografía. Después ya vino a recogerme una funcionaria. Le cogí mucho miedo porque me tiraba del pelo. Para mí fue como un maltrato. Es como en las películas”, cuenta consternada.
Dolores temía por qué iba a ser lo siguiente: “Lo que más me impresionó después fue ver la celda. Cuando cerraron yo pensé que me moría, me asfixiaba”. El sonido de los cerrojos le provocó tal shock que soñaba con ello: “Me creaba pesadillas”. Cuenta que, para luchar contra ello y no escuchar, llenaba sus oídos de papel higiénico.
“Las horas no pasaban. Luego me pusieron un acompañante y trajo su televisor. Ponía la televisión y claro… Me pasaba todo el rato en el baño, prácticamente dormía sentada en el servicio”.