Tal y como los investigadores del caso desvelaron semanas después de la desaparición de Rocío, Dolores Vázquez y Alicia Hornos, la madre de la joven, habían mantenido durante años una relación sentimental pese a que ya no la mantenían en el momento del crimen.
Se conocieron en la época en la que Alicia se estaba separando de su marido. La primera vez que vio a Dolores fue a través de una ventana. Ella la saludó y la invitó a bajar. “Nos tomamos el té y ya nos conocimos”.
“Cuando mi exmarido se va, ella me ayuda mucho con los niños. Fue muy cariñosa con ellos y conmigo también”, cuenta Alicia. Dolores la recuerda como una persona “tremendamente celosa y posesiva”: “Los niños eran todo para mí, entonces compensaba una cosa con otra”.
La madre de Rocío muestra su lado más sincero: “Noto que me estoy enamorando de ella porque siento muchas cosas en el estómago cuando estoy con ella. Y cuando no estoy, la echo de menos. Con ella sentí cosas que nunca había sentido con mi marido”. En cambio, Dolores no reconoce que hubiera un sentimiento de amor por su parte: “No hubo un enamoramiento. Fue más bien por su parte”.