Dani Alves abandonaba este lunes la cárcel de Brians 2, en Barcelona, bajo una gran expectación. El exfutbolista conseguía finalmente la fianza de un millón de euros y salía de prisión acompañado de su abogada.
Pese a que Alves no hizo ninguna declaración, sus gestos y miradas dijeron mucho en esos 26 segundos de máxima expectación. ‘Así es la vida’ ha hablado con Patricia Guirado, experta en comunicación no verbal.
“Cuando sale de la cárcel podemos ver a un Alves con la cabeza alta, el pecho hacia delante no muestra ningún signo de vergüenza… quizá para reafirmarse en esa inocencia que él siempre ha defendido. Quiere aparentar seguridad”, aseguraba la experta.
“Podemos observar en él ciertas microexpresiones y un esto en concreto que es el de humedecerse los labios con la lengua, que es un gesto apaciguador. Lo hacemos inconscientemente en situaciones de malestar, nerviosismo… También se observan ciertas microexpresiones que hace con la boca, como enrollar los labios hacia adentro, esto es un gesto de contención que hacemos cuando queremos reprimir una idea, un pensamiento o una emoción que en este caso podría ser la tensión o la ansiedad que está sufriendo en ese momento”, explicaba Patricia Guirado.
“En el momento en el que está entrando en su domicilio se ve alguna mirada desafiante con la prensa, aguanta la mirada durante unos segundos. Además, le observamos mascando chicle que podría ser un mecanismo para liberar un poco esa tensión o ansiedad que estaría sufriendo”, comentaba la experta en comunicación no verbal en ‘Así es la vida’.