Ricardo Díaz, nuestro científico de cabecera, ha analizado los motivos que pudieron llevar a la explosión del edificio de la calle Toledo de Madrid. Además, nos ha dado las claves para actuar en caso de una fuga de gas en nuestro domicilio.
Díaz no conoce todos los detalles de la avería en la caldera de gas natural que provocó la terrible explosión del edificio madrileño de la calle Toledo, pero sí considera que en el mal funcionamiento de la misma pudo influir el estrés térmico provocado en las instalaciones por el temporal Filomena que acaba de atravesar gran parte del territorio español. La explosión se habría producido por un embolsamiento del gas. Estamos ante una instalación de gas natural, un gas que al contrario que el propano o butano, sube hacía arriba y que podría llevar días concentrando en las cámaras de aire de las paredes y que se estaría filtrando por los enchufes de las estancias. Esta concentración crea en la pared una presión enorme y en el momento que salta una micro chispa se produce la explosión.
El primer síntoma de una fuga de gas es el olor al mismo y damos por supuesto de que en la residencia de ancianos debía de oler a gas porque un operario se encontraba revisando la caldera. La explosión podría haber sido mucho mayor si no tuviera una instalación de gas natural. El gas natural es menos pesado que el aire y asciende. Si llega a ser por gas butano se hubiera provocado un colchón en la base del edificio y muy probablemente se produciría el derrumbamiento del edificio entero.
¿Se podría haber evitado la explosión del edificio de la calle Toledo? Es una respuesta que no se puede responder con exactitud, ya que la única forma de evitar las fugas de gas y las averías en estas instalaciones es mediante las revisiones periódicas establecidas por ley y por las compañías distribuidoras. Ahora bien, ¿Qué tenemos que hacer ante una fuga? ¿Cómo detectamos la existencia de una fuga?
El primer y claro síntoma de que tenemos una fuga de gas en nuestro domicilio es el olor. Una señal inequívoca de que algo está pasando y que nos debería llevar a abrir todas las ventanas de la vivienda inmediatamente y a salir de la misma. Ricardo Díaz nos ha advertido que puede ser peligrosísimo utilizar el teléfono móvil en esta situación o incluso, encender el interruptor de la luz. Dos cosas que no debemos hacer bajo ningún concepto si en nuestra vivienda huele a gas.
Es fundamental, abrir las ventanas para evitar un embolsamiento, avisar a los vecinos y abandonar el edificio. Todas las llamadas necesarias ya se realizarán desde el exterior ya que cualquier micro chispa puede provocar una explosión.