Tan solo unos minutos después de que el féretro con los restos mortales de la gran María Jiménez llegara al salón apeadero del Ayuntamiento de Sevilla y se abriera su capilla ardiente a todos sus seguidores y familiares, su hijo Alejandro ha salido a la puerta para hablar con los medios de comunicación.
Sereno y con la ironía y humor que a su madre le hubiera gustado, Alejandro ha respondido a las preguntas de la prensa y ha alabado la labor de su madre en el mundo de la música y contra el maltrato, en cualquiera de sus vertientes. Ha destacado que María Jiménez “llegó al nirvana de su profesión” y que se volcó en ayudar a todas las personas maltratadas “apoyo, se ha apoyado en ella muchísima gente, el colectivo LGTBI…”.
Respecto a cuál era su petición para todas las personas que han querido y admirado a María Jiménez, su hijo ha tenido claro qué es lo que la hubiera gustado “Que la gente brinde y escuche su música, cuándo escuche su último disco, son 12 puñales buenos y eso le habría llegado al alma”.
La prensa le ha preguntado por su estado de ánimo y él ha sido muy sincero “En el funeral de mi padre también estuve llorando, pero hay que estar firme y hay que hacer las cosas, cuando la llame y no conteste, ya será otra cosa”.
El hijo de la cantante que marcó un antes y un después en el papel de la mujer sobre el escenario, de la mujer indomable que pisó fuerte y denunció las injusticias, ha reconocido que la canción que más le gusta de ella es ‘La calle melancolía’.
No sabe si su madre estará de acuerdo o no con su decisión de pasear en coche de caballos por Sevilla su féretro, pero espera que así sea “Espero que esté conforme porque sino me va a mandar a tomar por saco”.
Unos minutos después, Alejandro ha hablado en directo con ‘Ya es mediodía’. Tras darle el pésame, su hijo nos ha explicado que María se ha ido sin sufrir y sin enterarse de nada “No se ha enterado porque estábamos en Chiclana hasta hace dos días, vimos que no le funcionaba bien una pierna y dijo “al médico”… Ha tenido una muerte digna, gracias a los profesionales del Hospital Infanta Luisa, al Ayuntamiento de Sevilla…”.
El hijo de la cantante está sereno porque es lo que toca “hay que atender a mucha gente”, pero emocionado “Me emociona mucho ver por aquí a tanta gente que quería a María”. María ha pasado todo el verano junto a su familia y sus nietos en su casa de Chiclana y no le apetecía nada regresar al médico “Por algo no quería ir, la jefa ya se lo sabe, mejor no ir”.
El fallecimiento de María no ha pillado a su gran cómplice por sorpresa “No, llevo cinco años con ello, cinco cánceres, cinco años… Su día a día era muy tranquilo, salir a comer, estar en casa, ver sus documentales, sus nietos, salir a disfrutar y pasar un rato agradable… Su rutina es dónde estaba cómoda, si la sacas de su rutina no veas que mala leche…”.
Antonio Rossi, gran amigo de María Jiménez, le ha preguntado si reconfortaba ver el cariño de tanta gente y él le ha dicho que sí, pero que no sabía si ella ya estaría un poco cansada “No sé si ella estará un poco cabreada de estar ahí tanto rato”.