Rotos de dolor y con la esperanza de que la pequeña que ha sobrevivido supere la operación a la que está a punto de ser sometida, la familia y los amigos más cercanos de las pequeñas de Sallent (Barcelona) que se lanzaron al vacío desde un tercer piso, se han acercado hasta el lugar en el que una de ellas perdió la vida y han hecho un improvisado homenaje.
El pueblo entero está destrozado y son decenas los testimonios que aseguran que las gemelas de 12 años eran víctimas de acoso escolar, pero las autoridades siguen barajando todo tipo de hipótesis. Son muchísimas las muestras de cariño que están recibiendo y nuestra reportera Estefanía Ruiz ha sido testigo de un improvisado y dolorosísimo homenaje que han realizado la familia y los amigos más cercanos a las pequeñas.
Rotos de dolor, han caído al suelo de rodillas mientras que oraban y colocaban un marco de fotos con imágenes de las dos gemelas. Un sentido homenaje al que se han unido amigos y vecinos que no encuentran explicación a lo sucedido.
Cada vez son más los testimonios que aseguran que las niñas eran víctimas de acoso escolar, algo de lo que no tenía constancia el centro educativo, pero de lo que ha dado testimonio un monitor del comedor del centro. Aseguran que el acento de las pequeñas y el deseo de la niña fallecida de que la llamaran Iván, era motivo constantes burlas por parte de los compañeros.
Luis Rendueles nos ha confirmado que la pequeña fallecida deseaba ser tratada con género masculino y que cuando pidió que la llamaran Iván, se reían de ella y la nombraban como “Ivanna”. De hecho, ha explicado en ‘Ya es mediodía’ que por las cartas que dejaron las hermanas, parece que el peso de la decisión de suicidarse lo tomó Iván.
La familia tenía problemas económicos, pero su entorno habla de una familia muy unida
Parece existir unanimidad en que la familia no atravesaba un buen momento económico, pero que era una familia muy unida y que no tenían ningún problema entre ellos. De hecho, el testimonio de una amiga de las niñas asegura que “Es una familia ejemplar, no hay nada malo que decir de ellos”.
Iván, como le gustaba que le llamaran a la pequeña fallecida, tenía que haber empezado esa misma tarde una terapia psicológica a la que no llegó a acudir.