Ni rubia ni de pechos pequeños como decía su canción, allá por el 2005, Shakira presentaba su quinto disco y se definía como una mujer un poquito cursi. Por aquel entonces tenía pareja y ya había sufrido un gran cambio físico. Sin embargo, no dudaba en desvelar al mundo su gran secreto de belleza: la naturalidad.
Shakira tenía claro que ante el público tenia que mostrarse natural y que hacía tiempo que se había despojado de algunas de sus máscaras.
Shakira siempre ha querido ser joven y bella, y de ahí algunas de las frases incendiarias que le dedicaba a su ex, Gerard Piqué en beef más exitoso “Yo valgo por 2 de 22, cambiaste un Ferrari por un Twingo, cambiaste un Rolex por un Casio…”.
Con un coeficiente de 140 y por encima de la media, la loba de Barranquilla siempre ha querido dejar claro que no dará ningún paso que la convierta en señora. ¿Es Shakira una eterna Peter Pan?