Desde hace unos días le visualizamos en una cárcel en el que su mayor lujo podría ser no tener que compartir la ducha con otros 200 presos, pero el jugador de fútbol Dani Alves ha visto como su vida cambiaba de forma astronómica. El brasileño ha pertenecido a la elite del fútbol mundial y ha jugado en equipos de la talla del Barça, Sevilla o la Juventus, y ha tenido una vida llena de lujos.
Su gusto por la moda y por la noche han llevado a Dani Alves a ser uno de los imprescindibles de la burguesía catalana y ha tener una vida llena de lujos y placeres. Mientras que jugó en el Barça su mansión de varias plantas, con piscina y jardín en Esplugas se convirtió en su cuartel general.
Además del fútbol, Dani invirtió su dinero en dos restaurantes de gran éxito en la ciudad Condal que el dieron muchos beneficios hasta que llegó la pandemia y tuvo que echar el cierre. Después llegó su mudanza a México dónde se rumorea que cobra 3 millones de euros al año.
Su llegada al país sorprendió por todo lo que el deportista iba a tener a su alcance. Un chófer privado para él y su esposa, dos coches, uno de ellos blindado y tres alojamientos para que pudiera elegir cuál era su vivienda preferida.
En Brasil también tiene una mansión de dos plantas, de paredes blancas con piscina, biblioteca y hasta una sala para tocar el piano, unos lujos que ahora ha cambiado por una celda.