David Luna y su hermano fueron durante años, concretamente entre 2006 y 2013, los escoltas de Isabel Pantoja. David Luna se sienta por primera vez en un programa de televisión y cuenta los detalles de la relación de Isabel Pantoja y Julián Muñoz que han permanecido ocultos durante años.
Según el testimonio de David, Julián Muñoz les contrató a él y a su hermano no solo para proteger a Isabel Pantoja, si no también para pasarle a Julián Muñoz todos y cada uno de los pasos de la cantante: “Isabel Pantoja se está enterando ahora de que Julián la tenía vigilada con nosotros pasándole toda la información”.
En esta entrevista exclusiva, David Luna ha contado por primera vez que Julián les contrató estando ya en prisión: “Él desde la cárcel quería estar informado de todo lo que Isabel Pantoja hacía, le preocupaba su dinero”.
David Luna le ha explicado a nuestro compañero Jorge Moreno que tras las cámaras quien mandaba y tomaba las decisiones era Julián Muñoz: "En televisión parecía que la que dominaba el asunto era Isabel Pantoja pero en realidad no era así, Isabel ha sido una víctima de Julián, completamente".
El escolta también ha asegurado que Julián Muñoz les pagaba muy bien por sus trabajo, concretamente 3.000 por servicio, pero lo que más recuerda David Luna es un comentario que el exalcalde de Marbella le hizo una noche en una discoteca: "A mí no me importa ir a la cárcel porque mis nietos no van a tener que trabajar más".
'Ya es verano' ha emitido más imágenes de la entrevista a David Luna y el presunto escolta de Isabel Pantoja ha compartido con nuestro programa algunas anécdotas desconocidas de la intimidad de Julián Muñoz, prácticas que no dejan en muy buen lugar al exalcalde de Marbella:
"Hacía muchas fiestas y nos pedía que llevásemos señoritas, el prototipo de chicas era muy variado, desde asiáticas y sudamericanas hasta españolas (...) Allí todo se pagaba en metálico, nunca se utilizaban tarjetas (...) Isabel Pantoja no era conocedora de lo que ocurría allí".
David Luna asegura que estas fiestas privadas se llevaban a cabo dos o tres veces al mes e incluso que la relación con Julián Muñoz llegó a ser tan estrecha que el político les puso a él y a su hermano un piso a las afueras de Marbella.