La ciencia es una carrera que se realiza en equipo, en la que las diferentes doctrinas unen conocimientos por el bien del progreso. Dentro de los grandes avances de la ciencia, sin duda, el descubrimiento de las vacunes es uno de esos grandes hitos que han ayudado a la humanidad a mejorar significativamente nuestra estancia en el planeta, alargando nuestra esperanza de vida y favoreciendo la desaparición de ciertas enfermedades.

Una pregunta muy común es ¿Qué son las vacunas? Las vacunas no son más que compuestos inactivos, muertos o atenuados de productos biológicos. Coloquialmente hablando, una vacuna es una versión debilitada de la enfermedad a tratar. Estos son capaces de recrear la enfermedad sin producir infección, ayudando así a nuestro sistema inmunitario a producir defensas para que estas sean capaces de actuar de manera inmediata en el momento en que nuestro cuerpo entre en contacto con el microorganismo en cuestión. Una adecuada respuesta inmunológica evita la transmisión de enfermedades y disminuye la mortalidad y la morbilidad global.

Gracias a la aparición de las vacunas un gran número de enfermedades e infecciones mortales, invalidantes o graves han ido reduciéndose considerablemente o incluso han llegado a desaparecer. Casos como la hepatitis B o el sarampión son un ejemplo claro de la efectividad de estos fármacos.

La vacunación en España no es obligatoria, aunque determinadas situaciones permiten que los poderes públicos competentes impongan la vacunación forzosa. El no vacunarse significa estar expuesto a una serie de enfermedades e infecciones que pueden conducir a diagnósticos grabes. Además no vacunarse facilita que seamos portadores de virus y bacterias patógenos que pueden infectar por tanto al resto de individuos.

Existen muchas leyendas negras sobre los efectos secundarios de las vacunas, que pueden causar autismo, alergias o ciertas enfermedades en generaciones futuras, pero la realidad es que no hay ninguna evidencia científica de ello y más aún, ni siquiera hay indicios. Los únicos efectos secundarios de las vacunas probados son un leve de malestar que desaparecen rápidamente al cabo de pocos días. En todo caso, no hay discusión entre los posibles efectos adversos menores y el riesgo de sufrir la enfermedad.

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