Silvia y Mónica, mujeres de los agentes supervivientes de Barbate, comparecen en el plató de ‘Vamos a ver’ con el fin de alzar la voz contra el desarrollo de la investigación por lo ocurrido.
“Nuestros maridos están muy mal, ellos no pueden dejar de pensar en lo que sucedió ese día. No se les va esas imágenes de sus compañeros desangrándose…sacándolos del agua. ellos están de tratamiento psicológico y psiquiátrico, tienen pesadillas, no tiene ganas de hacer nada y están muy preocupados por el juicio porque no se han sentido apoyados por la institución", asegura Silvia.
“Normalmente sus competencias no son las que hicieron ese día, solo están relacionadas con el medio acuático, la última opción fue recurrir a ellos. Ellos son un cuerpo militarizado y a ellos les inculcan la obediencia y la lealtad, la última palabra no la tienen ellos sino el coronel de Cádiz", detalla Silvia.
Por otro lado, Mónica, otra de las mujeres de los supervivientes explica que “ El día día 28 que tienen que ir a testificar, esperamos que la jueza llame al responsable que es el que tendría que estar ahí, nuestros maridos solo acataron las órdenes del coronel. Ellos advirtieron y este mando no hizo caso. Queremos que explique el operativo, el por qué lo hizo así y por qué en esas condiciones. Ellos no se explicaban el operativo, las prisas…no se sabe porque, eso fue totalmente improvisado. El coronel en ningún momento se ha puesto en contacto con mi marido para nada después de lo ocurrido".
"Cuando nos enteramos de que la lancha no era de ‘El Cabra’ se sintieron engañados porque confiaron en lo que le había dicho hasta el momento. Pasaron de pensar que eran esos los culpables y ahora resulta que el nuevo sospechoso al que tienen que encontrar es Karim y tiene que situarle. Nuestros maridos al ser militares no tiene derecho a poder manifestarse, pueden recibir sanciones por hacerlo, entonces nosotras damos voz a lo que ellos quieren decir, pero teniendo en cuenta las presiones y los riesgos" explica Silvia.
Por último Silvia comenta que “el operativo cuando recibieron las órdenes vieron que eso era una locura y que era inviable con el tamaño de su embarcación. Tenían que abordar una de las embarcaciones y después detener el resto. Ellos informaron de los riesgos, pero ese hombre dijo que eso no pasaría e insistió en realizarlo".