El primer 'engaño' de la historia: quiénes fueron los primeros concursantes que entraron con un secreto a 'GH'

Jugada maestra la que vivimos en la última gala de ‘Gran Hermano: Límite 48 horas’, en la que vimos a Javier y a Jorge marcarse el papelón de sus vidas para hacer creer al resto de los concursantes que eran hermanos.

Lo que ellos no sabían era que, mientras actuaban como si no hubiera un mañana y contaban una historia inventada, los participantes de la casa sabían a la perfección que todo era una farsa.

Un tremendo momentazo que desató muchísimas risas y que nos recuerda al primer ‘engaño’ que tuvo lugar en la historia de ‘Gran Hermano’. Retrocedemos a la novena edición para recordar una escena que hizo historia.

El primer ‘secreto’ de la historia de ‘Gran Hermano’

La novena edición de ‘Gran Hermano’ empezó fuerte en el año 2007, ya que las dos primeras mujeres que entraron a la casa de Guadalix de la Sierra compartían un secreto. Hablamos de Conchi y Pamela de los Santos, quienes fueron pieza clave del primer juego que se realizó aquel año.

Hay que recordar que ambas eran hermanas gemelas y que era muy complicado distinguirlas, porque eran igualitas, pese a que ellas decían todo lo contrario: “Nuestra madre nos distingue en todo. Somos completamente distintas”, le dijeron a Mercedes Milá en la primera gala.

Lo cierto era que, a simple vista, parecían clones y, por ello, el programa les propuso un juego. Desde la primera gala, tenían que vivir separadas; una en la casa oficial y la otra, en la suite; y, de vez en cuando, tenían que ir intercambiándose.

El objeto era que no las pillaran porque, de darse cuenta sus compañeros de la mentira, corrían el riesgo de ser expulsadas de manera fulminante, tal y como ocurrió hace unos días con Silvia, la hermana de Lucía.

El día que se descubrió el pastel de Conchi y Pamela ‘GH’

Las gemelas consiguieron llevar su mentira hasta el final y los concursantes se quedaron de piedra al descubrir que Rosa, el nombre que ambas habían elegido para la concursante ficticia, en realidad eran dos hermanas.

Uno de los más sorprendidos fue Oliver Pérez, que se quedó a cuadros en el confesionario al ver que había caído de lleno en el engaño: “A ver si lo puedo asimilar”, declaró, al comprobar que había estado conviviendo con dos gemelas sin saberlo.