Raquel Mosquera recibió uno de los golpes más duros de su vida a principios de 2001, cuando su marido, Pedro Carrasco, perdía la vida a los 57 años a causa de un paro cardíaco. Un auténtico shock para su viuda, que fue quien lo encontró tendido en la cama.
La ahora colaboradora de ‘Viva la vida’ estaba devastada y la profunda tristeza le impedía comparecer ante los medios de comunicación. Aún así, ella quiso mostrar el agradecimiento por todo el cariño que había recibido tras la muerte de su marido y lo hizo con un comunicado.
María Teresa Campos fue la encargada en leer las palabras de Raquel Mosquera en el programa ‘Día a Día’ el 30 de enero de 2001, solo tres días después de que el ex de Rocío Jurado perdiera la vida en su domicilio de Madrid. Recordamos el emotivo comunicado.
La viuda de Pedro Carrasco quiso dar “las gracias a todas las personas y medios de comunicación por la demostración de cariño y admiración” que sentían por su marido. “Mis dolorosas circunstancias me han impedido responder a tanto apoyo moral, pero quiero dejar claro que sola no lo hubiera podido resistir”, rezaba el comunicado.
“Mil veces gracias”, continuaba Raquel Mosquera en su redacción. “Para evitar desaciertos informativos, voy a contar la realidad cronológica de los hechos y así evitar especulaciones”, decía la viuda del padre de Rocío Carrasco, que, justo a continuación, explicó cómo había sido el momento en el que había encontrado a su marido sin vida.
La ahora colaboradora de ‘Viva la vida’ relató en su carta el momento en el que se encontró el cuerpo sin vida de Pedro Carrasco y que a la primera persona que llamó para pedir ayuda fue a su hermano: “A mí ya no me quedaban fuerzas. Lo demás, ya lo sabéis”, decía en su escrito.
Aquel 30 de enero de 2001, María Teresa Campos leyó el comunicado de Raquel Mosquera. Una redacción en la que la viuda pedía también que se recordara a su marido por los logros que había conseguido en su carrera profesional y por su personalidad.
“Solo os pido que recordéis a mi marido, Pedro Carrasco, como ese gran deportista que fue. Por su sencillez, su bondad, por ser ese extraordinario ser humano que ha sido para todo el mundo y siempre será para mí. Se fue mi amor, pero siempre quedará su recuerdo”, remataba.