Una serie protagonizada por Tristán Ulloa y Candela Peña ha vuelto a poner en el foco de interés al que fue uno de los crímenes más mediáticos sucedidos en España. Hablamos del ‘Caso Asunta’, un episodio negro en nuestra historia que sacudió la actualidad informativa en el mes de septiembre de 2013.
Del día que nos enteramos de su desaparición han pasado ya once años. Más de una década de la primera vez que escuchamos en televisión el nombre de aquella joven de origen chino que apareció muerta en un camino de Teo, un pueblo situado a pocos kilómetros de Santiago de Compostela.
En Telecinco, la noticia de la desaparición la conocimos en los informativos de la cadena, pero fue Patricia Pardo quien, en ‘El programa de Ana Rosa’, dio más detalles sobre lo que había ocurrido y la periodista que hizo un recorrido por los principales puntos de interés que habían sido escenario de este espeluznante caso.
El 23 de septiembre de 2013, dos días después de la desaparición de la hija de Rosario Porto y Alfonso Basterra, Patricia Pardo conectó desde Santiago de Compostela para informar sobre el ‘Caso Asunta’ y mostrar algunos de los lugares donde la pequeña había pasado sus últimas horas con vida.
La que por entonces era reportera de ‘El programa de Ana Rosa’ mostró ante las cámaras de Telecinco la casa en la que la pequeña vivía con su madre, el colegio donde estudiaba y el camino en el que apareció su cuerpo sin vida. Además, entrevistó a dos personas que vivían a escasos metros del lugar en el que había aparecido el cadáver.
En declaraciones para el matinal de Ana Rosa Quintana, esas dos personas aseguraron que salieron a las 00:30 de la noche a dar un paseo y que ellos no vieron “nada” sospechoso: “Es horrible, ahora pasamos por ahí y es imposible no mirar. La tuvieron que traer muerta y la dejaron ahí”, dijeron, muy afectados por la noticia.
Patricia Pardo se desplazó, también, al centro donde la pequeña cursaba sus estudios y, desde allí, explicó: “Fue la primera niña de origen chino adoptada en Santiago de Compostela (..) Era una alumna excelente, con grandes dotes musicales y perfectamente integrada en su grupo de amigos”.
Por aquel entonces, todo el mundo empatizaba con el dolor de unos padres que acababan de perder a su hija. Eran las primeras horas sin Asunta Basterra y nada hacia presagiar que, poco tiempo después, se producirían grandes giros en el caso que lo cambiarían todo y que colocarían a los tutores de la pequeña en el disparadero.