El caso Asunta Basterra Porto es uno de los más trágicos y conmovedores de la historia criminal de España, no solo por la brutalidad del crimen sino también por la complicada red de relaciones familiares y mentiras que lo rodearon, y que se fueron desgranando poco a poco con el paso de los meses y durante el juicio.
La muerte de Asunta, una niña adoptada de origen chino por una pareja de la alta sociedad gallega, no solo conmocionó a la comunidad local sino que también atrajo la atención mediática nacional e internacional.
21 de septiembre de 2013: Asunta Basterra Porto, de 12 años, es vista por última vez en vida. Sus padres, Rosario Porto, una abogada y ex cónsul honoraria de Francia en Santiago de Compostela, y Alfonso Basterra, un periodista, reportan su desaparición esa noche, alegando que la habían visto por última vez unas horas antes. La desaparición de Asunta generó una rápida movilización de las autoridades locales.
22 de septiembre de 2013: Un día después de su desaparición, el cuerpo de Asunta es encontrado en una pista forestal cerca de Teo, a pocos kilómetros de Santiago de Compostela. La autopsia revelaría más tarde que Asunta había sido asfixiada y que había recibido altas dosis de Lorazepam, un sedante, en su sistema, lo que indicaba que había sido drogada antes de su muerte, por lo que todo apuntaba a un homicidio.
Octubre de 2013: La investigación policial se intensifica y las sospechas comienzan a recaer sobre los padres de Asunta por discrepancias en las declaraciones de estos. Las pruebas recopiladas incluyen registros de cámaras de seguridad, testimonios y evidencias forense que contradicen las versiones iniciales de los eventos proporcionados por Porto y Basterra. Sin ir más lejos, las cámaras de seguridad y los testimonios indican que la niña había estado con sus padres mucho después de la hora que estos habían declarado inicialmente. Por ello, durante este mes de octubre de 2013 Rosario Porto y Alfonso Basterra son arrestados y acusados de asesinato. Las investigaciones revelan un patrón de comportamiento abusivo y manipulativo hacia Asunta, así como evidencias de planificación previa del crimen que cometieron.
En junio de 2014 el juez puso fin a la instrucción e inicio el juicio oral, que estaba previsto en un primer momento para los meses de junio o julio de 2015. Sin embargo, no fue hasta el mes de octubre de 2015 cuando comenzó el juicio, con 84 testigos y 60 peritos. Después de un juicio altamente publicitado, ambos padres son encontrados culpables de asesinato y condenados a 18 años de prisión cada uno en una sentencia publicada el día 30 de octubre, con la totalidad del jurado popular estando de acuerdo en encontrar a Rosario y Alfonso culpables del delito.
Posteriormente, en mayo de 2016 se modificó el veredicto, ya que no se considera probado que Alfonso acompañara a Rosario en el coche, pero mantiene su pena.
La siguiente fecha marcada en rojo es el 18 de noviembre de 2020, cuando se encontró el cuerpo sin vida de Rosario Porto dentro de su celda de la prisión de Ávila, en lo que a todas luces fue un suicidio por ahorcamiento.
¿Quién es quién en el caso Asunta?
Actualmente el caso Asunta sigue siendo objeto de análisis y discusión tanto en los medios de comunicación como en estudios académicos y documentales. La historia de Asunta Basterra Porto ha sido también adaptada a una serie de televisión y documentales que exploran no solo el crimen sino también sus repercusiones sociales y legales, como recientemente hemos podido comprobar en la serie de Netflix titulada “El Caso Asunta”.
Este caso, profundamente triste y perturbador, continúa siendo objeto de estudio y análisis por parte de criminólogos, sociólogos y el público general, no solo por sus aspectos legales y criminales, sino también por lo que revela sobre las dinámicas familiares y sociales en contextos de aparente respetabilidad y éxito. Y es que la tragedia de Asunta Basterra Porto resalta la importancia crítica de los sistemas de apoyo y vigilancia para los niños, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad. También subraya la necesidad de un escrutinio más riguroso y apoyo en los procesos de adopción y custodia.