El recuerdo de Asunta sigue vivo 10 años después: así está el altar que le dedicaron en Teo

El nombre de Asunta Basterra Porto (llamada Yong Fang de nacimiento) sigue recordándose en Santiago de Compostela, la capital gallega. Este jueves, 10 años después de su asesinato -por el que fueron condenados sus padres adoptivos, la abogada Rosario Porto Ortega y el periodista Alfonso Basterra Camporro, y cuando quedan muchas incógnitas por resolver-, son muchos los que siguen recordando la alegría y la energía de aquella niña llegada desde China a la que frenaron sus aspiraciones con solo 12 años (hoy tendría 22, cerca de cumplir 23). Su altar, en el lugar en el que descubrieron su cadáver un día después de desaparecer -una pista forestal del municipio de Teo-, sigue recibiendo flores, postales y otros objetos, tal y como ha comprobado Informativos Telecinco.

Fuentes de la Policía Local de Teo han corroborado el buen estado del altar, un homenaje que se concentra en el árbol junto al que apareció la pequeña sin vida. Se pueden ver muñecos de peluche de distinto tamaño y temática, incluyendo corazones, un jarrón asiático, macetas con flores, postales de vírgenes, una dedicatoria fijada en la corteza y una cruz de tamaño considerable debajo.

La dedicatoria -que se puede leer en la actualidad- dice lo siguiente: "Asunta Yong Fang. (2000 -2013). Tu recuerdo estará siempre presente en este lugar al que acudimos los que lloramos tu pérdida. Del mismo modo que siempre estarás en el corazón de los que te quieren y te echan de menos. Nunca te vamos a olvidar Asunta. Siempre te tendremos en nuestra mente y en nuestros corazones. Descansa en paz". Fuentes policiales han afirmado a este medio que desconocen quién se encarga de este altar, si un vecino o un familiar.

El caso Asunta, un recuerdo imborrable en Santiago y Teo

La pista forestal, cerca de la parroquia de San Simón de Ons de Cacheiras y en un punto paralelo a una autopista comarcal, se ha convertido en un lugar de conmemoración "Hay gente que se preocupa por dejar flores y otros objetos. No es un lugar de mucho tránsito, que te puedas cruzar al ir a algún sitio. Si acudes, es expresamente por Asunta", ha confirmado un agente. El altar tiene gran significado para los que siguen recordando a la adolescente. De hecho, "hace poco se rodó una serie, se tapó y lo protegieron".

Los ciudadanos de Santiago, donde residía Asunta, y los de Teo, donde tenía una casa su madre y donde fue asesinada, además de hallada muerta, tardarán en olvidar el caso, a pesar de que ha pasado ya una década. Quieren quedarse con el buen recuerdo de la joven, pero respecto al suceso prefieren pasar página, fue algo "muy grave y desagradable". El altar es de suma importancia para el recuerdo de Asunta, ya que, a medida que avanza el tiempo, en otros sitios se desvanece.

Los restos de Asunta descansan junto a los de Rosario Porto

En el instituto Rosalía de Castro de Santiago, fuentes del centro afirman que "en los primeros años sí se hizo siempre un recordatorio, con un minuto de silencio". Sin embargo, desde la pandemia del coronavirus, se detuvieron estos actos. "Los chicos pequeños no conocen el caso o lo tienen olvidado, mientras que sus excompañeros ya hace años que no están aquí. Pero siempre se la recordó", han indicado al respecto.

En cuanto a los restos de Asunta, cabe destacar que descansan junto a los de Rosario Porto, quien se quitó la vida ahorcándose en su celda el 18 de noviembre de 2020. Las cenizas de la pequeña -que estuvieron siete años en una urna en el piso de la calle Doctor Teixeiro, donde residió hasta su muerte- y el cuerpo de su madre adoptiva se encuentran en el cementerio de Boisaca, en una tumba propiedad de la familia materna de la que fuera abogada. Al parecer, la única heredera de la letrada, una amiga, asumió los 10.000 euros que costaron el traslado del cadáver y el entierro de Rosario. Paradójicamente, el destino volvió a unirlas. Se desconoce quién fue la persona que tomó esta decisión. Allí no hay flores, es un desierto. Queda claro que el recuerdo más vivo de Asunta, el más puro, sigue en el altar donde la encontraron tras arrebatarle la vida.