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Primeras palabras de Jesulín tras sufrir un microinfarto: "Ha sido horrible. No puedo dar una explicación de lo que me ha pasado"

Jesulín de Ubrique era ingresado este fin de semana tras sufrir un microinfarto mientras se encontraba con su mujer, María José Campanario, pasando unos días de vacaciones en el Rincón de la Victoria.

La premura a la hora de acudir al hospital, tras ser consciente de los síntomas, ha sido clave para que todo haya quedado en un susto. Todo ha sucedido durante la madrugada, cuando el torero comenzó a encontrarse indispuesto, con un dolor en el pecho, a la altura del tórax y también por la espalda.

Tras hacerle las pruebas pertinentes y comprobar que su estado de salud era bueno, Jesulín de Ubrique ha sido dado de alta. A su salida del hospital, el torero se ha parado a hablar con los medios de comunicación: "Los médicos me han dicho que he hecho lo correcto y que no entienden con la fortaleza que he podido actuar. Es una situación que desconocía y en la que nunca me había visto, por eso ahora me voy a poner en mano de los profesionales para que busquen el origen", ha comenzado.

Además, el torero nos ha contado que lleva una vida "sana y normal": "Soy una persona que se cuida, hago deporte, no fumo y no bebo. Me mantengo en forma, tampoco como antes, pero tengo buen peso y no puedo dar una explicación de lo que ha pasado... ha sido una cosa horrible", ha dicho.

Microinfarto ¿qué es esta afección y cuáles son sus síntomas?

Los microinfartos o también llamados ataques al corazón “silenciosos” se confunden en un 50% de las veces con problemas menos graves por lo que pueden aumentar el riesgo de morir por una enfermedad coronaria, según publican webs de salud.

Un microinfarto al igual que cualquier otra enfermedad que no entra es la forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que algo en nuestro sistema está fallando y tenemos que poner remedio para subsanar ese fallo.

Sus síntomas pueden ser tan breves y leves que se confunden con molestias que pueden ocurrir a menudo o problemas menos graves, por lo que ignoramos que los estamos sufriendo. Entre ellos podemos encontrar:

  • Dolor y presión en el pecho, lo que puede durar varios minutos e incluso ir y venir.
  • Dolor leve en la garganta o tórax, que se pueden confundir con indigestión, reflujo o acidez estomacal.
  • Dolor punzante en el brazo.
  • Molestias en la parte superior de la espalda, en la mandíbula, el cuello, las extremidades superiores o el estómago.
  • Sudoración fría.
  • Sensación de mareos o náuseas.
  • Falta repentina de aliento.