El peluquero de la catana le corta el pelo en directo a Mario Vaquerizo: el resultado

  • Alberto Olmedo se convirtió en un fenómeno viral por su uso de espadas y fuego en las cabezas de sus clientes

  • En 2004 abrió su peculiar peluquería en un barrio de Madrid

  • El colaborador de 'TardeAR' se atreve con el reto: "Pero solo las puntas..."

En 2004 Alberto Olmedo abrió su peluquería en el madrileño barrio de Campamento, pero la suya está muy lejos de ser una barbería al uso. Olmedo utiliza unos sorprendentes procedimientos para cortarle el pelo a sus clientes, ya que entre sus herramientas encontramos desde una catana hasta un soplete.

Al poco tiempo, este peluquero tan peculiar se hizo viral en redes sociales superando los 100 millones de visitas en apenas 24 horas. El peluquero ha visitado 'TardeAR' y le ha contado a los colaboradores los beneficios de utilizar, por ejemplo, una catana para recortar el cabello:

"La catana, por ejemplo, no deja marcas. El corte va haciendo velos, miles y miles de capas no apreciables al ojo humano que te pueden dar volumen o quitártelo según la inclinación de la espada. Otra ventaja es que podemos cortar el cabello de forma sincronizada, es decir, cuando un peluquero corta de un lado y luego de otro es muy complicado que quede exactamente igual. La única forma de que quede exactamente igual un lado que otro es cortarlos a la vez. La longitud de la catana permite hacerlo".

Alberto también utiliza un soplete y lo hace por un motivo concreto: "Cortar el pelo con fuego es muy antiguo, antes se hacía con una especie de cerillas, pero había un problema: no se podía dirigir la llama. Por eso se me ocurrió utilizar un soplete".

Mario Vaquerizo se ofrece voluntario

A Mario Vaquerizo le encanta su melena. El colaborador de 'TardeAR' se atreve con todo y lo ha demostrado ofreciéndose voluntario pata que el peluquero de la catana le corte el pelo, concretamente las puntas. Vaquerizo cree que tiene pelo pobre y solo se atreve con unos poquitos milímetros: "Yo soy de pelo largo, córtame poco que la Olvi (Alaska) me mata". El resultado ha sido sorprendente...