Belén y Mar denuncian que no han cuidado bien a su madre en la residencia en la que estaba hasta el punto de ocultar una fractura durante semanas que acabó con su salud. Su madre ingresó en urgencias, les dijeron que había sufrido dos micro infartos, pero en el hospital descubrieron que diversas fracturas que ya habían consolidado y que eran inoperables. Tan fuertes eran los dolores que tuvieron que sedarla y su madre acabó falleciendo.
Tenía Alzheimer, un 91% de discapacidad y necesitaba estar cuidada. Ahora, su familia cree que estaba abandonada, pasó de pesar 70 kilos a 46, creen que les hacían papilla con migas de pan y denuncian suciedad y basura en sitios como los baños.
A pesar de que les dijeron que su madre había sufrido dos pequeños ataque sal corazón, un día después de su ingreso, un equipo de seis traumatólogos les avisó de que su madre tenía fracturadas la pelvis, la cadera y el fémur incrustado.
Pero además, les alertaron de que su estado basal era pésimo y sufría una anemia severa. Una situación clínica tras la que, durante varios días, tuvieron que sedar a la mujer.
Las hermanas, muy afectadas, nos cuentan que la situación está judicializada porque llevaban meses sospechando: “No estaba bien, hemos preguntado muchas veces a la doctora qué le pasaba, se mordía la ropa, le compraba pomadas para la mandíbula porque pensaba que le dolía y nadie nos decía nada”.