José, a sus 44 años, ha sufrido una doble amputación y estuvo a punto de morir por culpa de la bacteria carnívora 'streptococcus pyogenes'. Tras 23 días en la UCI, a sus padres les dijeron que le quedaban 48 horas de vida.
"Era una persona muy activa, muy deportista, me gustaba ir al gimnasio, poder correr, poder hacer medias maratones y, desgraciadamente me cambió la vida y he tenido que adaptarme a la situación y también hacer actividad física", nos relataba José.
El entrevistado nos daba algunos detalles sobre lo que le ocurrió: "Es una bacteria que tenemos todo el mundo, pero la variante que me ha cogido a mí es muy voraz, médicos me han dicho que era un caso muy esporádico. La bacteria va cangrenando la parte por la que va contaminando la sangre y esa parte queda completamente nula. Para poder matar a la bacteria es el factor tiempo y hasta que no pasaron 13 días no sabían que le pasaba a mi cuerpo".
Además, nos contaba cómo reaccionó cuando se ve sin dos piernas: "Todos tenemos nuestros días buenos, nuestros días malos. Cuando me vi sin las partes que me faltaban de mi cuerpo pensé que seguía vivo, eso fue fundamental y lo segundo es que no iba a ser el primero ni el último. Me costó trabajo saber que una parte de mi cuerpo estaba incinerada, es duro, pero fui muy radical cuando llegué a casa, me puse sin ropa en mi silla de ruedas y delante de un espejo y eso fue lo bueno, que me vi reflejado en el espejo, eso fue lo bueno que me fui reflejado, para mí es lo importante, que seguía vivo".
Su madre Lucía, que se encontraba a su lado durante la entrevista, no podía contener la emoción al recordar lo que vivieron y nos relataba lo mal que lo pasó: "Fue horrible, no se me olvidará, no nos lo podíamos creer". José también agredecía el papel de los sanitarios: "Son mis ángeles de la guarda, los admiraré siempre. Dieron todo para que pudiera seguir aquí, seguir adelante".