Daniel Sancho ingresó en la prisión de Koh Samui el 7 de agosto. La última vez que le vimos llevaba el pelo rubio largo, vestía camiseta negra y bermudas rosas y se le veía corpulento. 66 días después su imagen es muy diferente.
Su imagen se grabó hace tan solo 24 horas y fue dentro de la prisión. En concreto, estaba en una sala en la que iba a recibir una videollamada. Le vemos con el uniforme marrón de la prisión, el que llevan los presos preventivos, con camiseta de manga corta y pantalón corto.
Al principio solo vemos la parte inferior de su cuerpo, está al lado de un funcionario de la prisión que le dice que va a recibir una videollamada. A los cinco segundos, se inclina hacia la pantalla del ordenador, momento en el que apreciamos que lleva mascarilla, tal y como marca el protocolo de la prisión.
Sí vemos sus manos, en el que se aprecia que se come las uñas, y también el distintivo que llevan en la camiseta todos los presos de la cárcel de Koh Samui. Finalmente, se sienta y le vemos, casi totalmente rapado y algo ojeroso.
Daniel se comunica con el funcionario gesticulando mucho con las manos. Mira a cámara con un gesto serio mientras acerca la silla. Eso sí, observando su cuerpo parece que sigue estando en buena forma.