Cayetano Martínez de Irujo echa la vista atrás en ‘TardeAR’. Nos habla de su infancia, de la escasa relación que tuvo con su madre al principio y que se tornó en estrecha cuando se convirtió en olímpico. Pero además nos habla de los conflictos con sus hermanos y confirma que no pasa por un buen momento con Eugenia Martínez de Irujo.
La relación se rompió tras la publicación de sus memorias. Solo mantuvo el trato con su hermano Fernando, también con Carlos, pero decidió retirarle la asignación económica tras la muerte de su madre, la Duquesa de Alba.
Con Eugenia Martínez de Irujo las cosas se solucionaron, pero han vuelto a romperse tal y como le contaba a Ana Rosa Quintana: “Hemos pasado varias etapas, estoy pendiente de tener una conversación a fondo con ella para empezar de cero una nueva relación”.
Sí continúa su relación con Fernando, pero cree que con Eugenia están en otro momento vital: “Ya no me necesita, está contenta con su vida, está feliz, que es lo que siempre he querido”, decía.
Para Cayetano, la muerte de su madre supuso un antes y un después también en este aspecto: “Desde que murió mi madre, se ha unido a otros hermanos y ella ha prescindido de mí”.
Además, negaba que la culpa de la ruptura con sus hermanos sea la publicación de su libro: “¡Qué va! No la ha leído ninguno, se han movido por lo que les han contado”. Cayetano apuntaba que hubo titulares sensacionalistas, pero reivindicaba su derecho a contar su historia. “Es mi vida ¿Tengo que contar con ellos para hablar de mi vida? ¡Solo faltaba! No digo mal de nadie, lo que pasa que les toca colateralmente un poco porque estaban por allí".
Cayetano también nos hablaba de su infancia, contaba que “saludaba” a su madre por la mañana y por la noche y añadía: “Hasta que nació Eugenia teníamos más acercamiento, cuando nació Eugenia pasó a tener el protagonismo, era la niña esperada que todos hemos adorado toda la vida, estaba en un pedestal”.
Todo cambió cuando se convirtió en olímpico: “Empezamos a tener otra relación, me valoró enormemente, se dio cuenta de que no había dejado de estudiar para no hacer nada sino lo contrario y había conseguido ser olímpico por mis propios medios”.