Nuestro compañero Álex se ha desplazado hasta los Cayos Cochinos para mostrarnos una vez más cómo se vive la experiencia de 'Supervivientes'. Esta vez se ha enfrentado a una de las pruebas más difíciles de la edición: 'Arrastrados por el paraíso'.
Álex se ha preparado a conciencia para darlo todo. A diferencia de los concursantes, tiene fuerzas para afrontarla al máximo: "Parto con muchísima ventaja respecto a los supervivientes. Me lo estoy tomando tan en serio que he descansado bien, he desayunado un batido de proteínas... Todo para preparar mi cuerpo para triunfar".
Su misión: un recorrido de nada más y nada menos que 17 metros con una piscina de barro en medio por el que te tienes que arrastrar atado de pies y manos. Con el pecho siempre en contacto con el suelo y la obligatoriedad de empujar una pelota hasta el final del camino.
"Una vez más, la prueba me ha parecido más complicada de lo que pensaba desde casa", nos cuenta Álex. "Al principio he salido muy bien, con una velocidad astronómica, una técnica envidiable y un movimiento corporal digno de un deportista de élite".
Pero todo se complica cuando el cansancio se va acumulando y todo se complica al llegar a la piscina de barro: "Me ha costado muchísimo salir, se me resbalaba constantemente el cuerpo. Es súper difícil".
Una vez superada, faltan los últimos metros sobre tierra: "Me ha entrado barro y arena en la boca, toda la cara, no veía absolutamente nada. Los últimos metros se hacen eternos, parece que no llegues nunca y el cansancio es brutal".