Olga Moreno, que está atravesando su peor momento en 'Supervivientes' sintiéndose totalmente apartada del grupo desde que robó a Melyssa Pinto, ha vuelto a sentir la necesidad de sincerarse acerca de lo que ha vivido. La concursante se ha confesado esta vez con Alejandro Albalá sobre lo baja de ánimos que llegó a Honduras.
"Yo en España me lo he guardado tanto para que no me lo vieran. No he querido llorar delante de mi gente y aquí me ha dado igual", explicaba. Según Olga, en España siempre salía fuera de su casa para llorar y así evitar que la vieran sus familiares. Además, la superviviente relató un episodio en el que llegó a ir al cementerio para desahogarse sin ser perseguida por la prensa.
"Me fui al cementerio a ver a mi suegro, me siguieron hasta allí. Le pedí al chico que me siguió que me dejase ese momento de intimidad y se portó de maravilla y me dejó", recordaba.
Olga Moreno hasta ahora ha disfrutado mucho del concurso, aunque también ha dicho que "no volvería". Asimismo, se emocionó hablando de su familia. "Mi marido no lo cambio por nada del mundo. Ese si que tiene fuerza. Tiene dos coj**** bien puestos. Si me hubiese pasado lo que a él, me hubiese muerto en vida", revelaba.
"Los niños saben lo que hay. Estoy tan orgullosa de lo que he hemos hecho. Los hemos criado sin ningún rencor. Algún día se aclarará y esos niños podrán hablar con su madre", añadía. Alejandro Albalá le preguntaba entonces si pensaba que tal conversación podría haberse producido ya. Olga respondía contundente: "Mientras esté otra persona no creo que hayan hablado".