Lola está viviendo una auténtica aventura extrema en 'Supervivientes'. La concursante fue la primera eliminada del reality al no ser salvada por la audiencia en la nominación así que pasó a vivir a Playa Destierro, donde su única compañía son los bichos, las iguanas, las serpientes y los peces.
Con esto, Lola se enfrentaría a su peor temor: la soledad. Para colmo, los insectos se cebaron con ella en sus primeras noches a la intemperie. "Me quiero ir", lloraba desesperada.
Tal es el bajón que tenía Lola, que el programa le hizo llegar un cartón pluma de Horus, su perro, para ver si se animaba. Para ella su mascota es de las cosas más importantes que tiene en la vida. Así que, a pesar de ser de cartón, se alegró a más no poder.
No obstante, la primera semana de Lola en Playa Destierro ha sido una auténtica montaña rusa de emociones. De repente se ponía a hacer videollamadas con una caracola como aullaba con el cartón pluma.
Sin embargo, en una nueva gala de 'Supervivientes' hemos visto a Lola con otro aire completamente distinto. Con una sonrisa, conectaba con Jorge Javier Vázquez saludándole con fervor. "Ya estoy acostumbrada a mi hábitat", anunciaba.
Lo cierto es que Lola está venciendo con esta experiencia todos los miedos que tenía. La superviviente ha confesado que le daba pánico dormir sola y que llegaba incluso a dejar una luz encendida si lo hacía. Ahora, "con todos los bichos" ha logrado "dormir a pierna suelta", reveló.
Lola cree incluso que volverá a España totalmente renovada. "Odio estar sola pero aquí soy feliz conmigo misma", ha dicho.