Una de las cosas que más le ha costado a Jorge Pérez durante su concurso ha sido permanecer casi cuatro meses separado de sus tres hijos. El superviviente era el primero en reencontrarse con sus familiares y se quedaba totalmente derrumbado al ver a sus hijos, Mario y Martina, sentaditos en un sillón.
"Papá, se me ha caído un diente", le decía en primer lugar su hija. Su hermano enseguida se sumaba contándole que a él también se le habían caído "dos dientes en un día".
Jorge no paraba de repetirles lo guapos que estaban. Lo cierto es que los niños eran de lo más cómico: "La tortilla te la ha hecho la abuela y con las patatas del abuelo. Has estado muy bien, de diez. Mamá siempre cuando te ve dice que 'silencio que hay que escuchar a papá", le chivaba Martina.
No solo eso, también le aseguraba a su padre que "toda la guardia civil" le "está votando".
Jorge estaba muy preocupado por si sus hijos no le reconocían con su profunda barba. El superviviente se miró al espejo después de meses tras descubrir que ha perdido 17 kilos durante el concurso. Jorge se quedó muy impactado al ver su reflejo.