Los supervivientes ya notan mucho el hambre y saben de la importancia de las pruebas. En 'Supervivientes: Tierra de nadie' jugaron en duelos por una recompensa individual: una hamburguesa.
Al regresar a la playa tras la gala, Alejandro Reyes se vino abajo por no haber ganado la prueba. El concursante no podía evitar llorar "no por la hamburguesa, sino por no haber ganado", le explicaba a Jorge Pérez, que se acercaba a animarle.
Jorge hizo entonces de 'hermano mayor'. "Esto es una carrera de fondo y entiendo que te duele pero tienes que convertir ese dolor en fuerza para la siguiente prueba. No pasa nada por llorar, yo lloro también cuando no me siento bien. Eres muy joven. Confía en ti", le decía consiguiendo calmarle.
La última prueba de recompensa fue un juego de fuerza pero también de maña. No todos pudieron ganar y, además, tuvieron que ver cómo los ganadores sí que podían disfrutar de la hamburguesa sin tiempos.