Elena Rodríguez ha asegurado a su salida de 'Supervivientes 2020' que esta experiencia la ha convertido en una mujer completamente renovada. La madre de Adara puso rumbo a Honduras con una mochila cargada de inseguridades pero ha conseguido desprenderse de algunos de esos miedos durante su estancia en Honduras ¡Estos son los retos personales que ha conseguido!
Si de algo puede sentirse orgullosa Elena es de que sus hijos hayan conseguido solucionar sus problemas en España. La superviviente desveló en la isla, para sorpresa de todos, que Adara y su hermano Aitor no se llevaban nada bien y dijo que su mayor sueño era verlos reconciliados.
Desde el plató de 'MyHyV', Adara se mostró reacia a hablar de este tema y aseguró que no le hacía ninguna gracia que su madre lo sacara a a la luz: "Era innecesario", dijo incómoda.
Pero tras escuchar a Elena diciendo en la isla que necesitaba vivir una reconciliación entre sus hijos, Aitor y Adara decidieron afrontar sus diferencias fuera de cámaras y se reencontraron con su madre en directo, juntos y amigados. Elena disfrutó como una niña viendo a sus dos hijos abrazados de nuevo y entonó el 'mea culpa' por no haber mediado más en sus conflictos.
La concursante también abordó un tema complicado para ella y habló de las adicciones de su hijo AitorAitor. Elena contó que estuvo muy perdida sin saber cómo ayudarle pero que al final decidió dejar a su hijo "solo" para que él mismo "reaccionara". Una táctica que, advierte, no siempre sale bien.
Sin duda alguna, la relación de Elena con sus hijos no volverá a ser la misma tas su paso por este reality. Los lazos entre ellos se han hecho mucho más fuertes y los tres dicen que quieren un futuro distinto como familia. Así lo reconoció Adara la primera vez que pudo hablar con su madre tras tres meses de concurso: "Me haces mucha falta", le recalcó emocionada.
Elena también contó que su infancia no fue fácil ya que, según relató, su madre había sido demasiado estricta con ella y había castigado sus problemas de dislexia pegándola con una correa. Esto habría creado un “monstruo” de la inseguridad dentro de Elena, que todavía le acompaña hoy en día.
Además, la concursante confesó que, a raíz de esa falta de autoestima, tampoco había tenido buen ojo a la hora de elegir pareja y que uno de sus exnovios le dio mala vida tanto a ella como a sus hijos.
Elena reconoció también que se sentía culpable por haber consentido, de alguna manera, todo lo que se vivió en su casa y pidió perdón a sus dos hijos por no haberles sacado antes de ese infierno.
Además, un comentario con mala baba de José Antonio Avilés, que se metió con el “culo” de Elena, sirvió para que la superviviente confesara en ‘La Palapa’ su mayor complejo físico: la delgadez.
Elena explicó que nunca se sintió cómoda con su peso y que, para disimularlo, de joven se ponía varios pantalones con la intención de hacer bulto.
Es más, dijo que esto no era lo único que le atormentaba desde pequeña y contó que desde siempre tiene una "vocecita" interior que le dice que no va a ser capaz de hacer las cosas. "Venimos al mundo siendo limpios en todo pero al final lo que hay a nuestro alrededor nos va formando y va creando en nosotros lo que somos", explicó sobre cómo había nacido esa "voz" que la sabotea.
Elena, y esta fue una de las cosas que dijo en su despedida defintiva de 'La Palapa', ha repetido en varias ocasiones que considera que no es "nadie" para estar en este concurso. Pero lo cierto es que se equivoca.
Aun teniéndose a sí misma como su peor enemigo, ella ha sido una de las mejores supervivientes de esta edición y ha estado a punto de llegar a la gran final. Ha sido salvada por el público en varias ocasiones y ha llegado a ser líder del grupo ¿Te parece poco, Elena? Esta edición no habría sido lo mismo sin ti ¡Eres una superviviente!