Debido a la mar picada, los habitantes del Barco Encallado no pudieron salir a pescar. Poco a poco el hambre fue apretando hasta que Valeria sugirió tirar de provisiones: “Votaciones. ¿Quién quiere abrir una lata?”, preguntó. “Yo digo que no”, opinó Carlos. “A mí me da igual la votación, se puede pescar y no se pesca. Y estamos abriendo otra lata”, estalló.
“No es posible no comer hasta mañana Carlos, ellas no pueden, yo no puedo. No te enfades mi amor, cuando una cosa es necesaria es necesaria”, trababa de hacerle entender la italiana.
“Si es necesario, es necesario, pero no te bañes tanto. No vayas dos veces a nadar. El agua desgasta”, protestó él. “No voy a discutir, estoy harto de todo el mundo, hacer lo que os de la gana”, brotaba él tirando las cuerdas que tenía entre manos y subiendo solo a la parte de arriba.
Poco después la exparticipante de ‘Temptation Island’ seguía a su compañero para solucionar el conflicto. “Carlos sabes cuanto te quiero, no es para ti, estoy débil. ¿Por qué te enfadaste?”, le preguntaba ella. “No me enfado, te pido perdón”, se disculpaba él. "Yo a ti te aprecio, te quiero".