Los supervivientes han tenido la oportunidad de decirse a la cara lo bueno y lo malo. Barranco ajustó cuentas con Hugo Sierra y Ana María Aldón, compañeros con los que ha tenido más diferencias a la hora de la convivencia.
Las últimas semanas de Barranco y Hugo venían siendo de lo más tensas. El uno a otro se recriminaba que no hacían lo suficiente en la isla. Por eso Hugo proponía "empezar por lo negativo" en su conversación con Barranco.
"Te he visto un poco pasivo. A veces te has mojado poco pero es tu forma de ser", comentaba Hugo en primer lugar.
Barranco, al contrario que justo lo que había dicho Hugo, esta vez se mojó: "Tienes muy mal perder y cuando lo haces te quejas demasiado. Das un poco por c***. A veces eres muy recto, lo quieres hacer todo a tu manera por cojo***", le respondía.
Pero Hugo se tomó a bien la crítica y enseguida le dijo a su compañero todo lo bueno que ve en él: "La persona que eres, un chico de bien que no tiene maldad y muy tranquilo. Como persona recalco eso. Como concursante también eres muy pragmático y hay cosas que haces muy bien, el fuego, las pruebas, pescar...", destacaba y le deseaba suerte ante su nominación contra Jorge.
Por su parte, Barranco le dijo a Hugo que es "un buen superviviente" y "un crack".
Barranco y Ana María tuvieron una conversación en la que no faltó el cariño, pero también asomaron los reproches.
Ana María tiene la misma impresión que Hugo sobre Barranco. Cree que el superviviente es "un chico tranquilo" que además "no ha faltado el respeto a nadie": "No discutes por discutir y no buscas trifulca. Eres el rey del fuego y has apoyado a Rocío en los momentos en que te ha necesitado. Quizás tú le has decepcionado menos que yo", confesaba la concursante.
Eso sí, Ana María no quiso dejar pasar que Barranco "quería quedar por encima" considerándose mejor pescador que ella. Añadió que también debería haber cocinado algún día.
Barranco destacó de ella la "señora" que es "de los pies a la cabeza" y que con ella ha podido sincerarse. "Eres muy sentimental y me he podido abrir contigo, que no lo suelo hacer con casi nadie", le confesaba.
También le decía a la cara que le había sentado mal que no compartiese su hamburguesa de la recompensa con él. Ana María se justificó diciendo que "el hambre ciega".