Los concursantes de 'Supervivientes' se han enfrentado a largos meses de hambre, altas temperaturas, noches a la intemperie y en ocasiones con condiciones meteorológicas adversas. Muchos de ellos han aprendido a pescar, a hacer fuego e incluso a coger cangrejos, cosas que quizás nunca pensaron que serían tan necesarias para ellos en algún momento.
Lo cierto es que son muchos meses aislados de la realidad, muchas semanas en las que no conocen nada del exterior y su mundo se reduce a 'Los Cayos Cochinos'. Un paraíso que para alguno se puede convertir en un infierno si no tiene suficiente fuerza mental. Pues no es el hambre de lo que suelen hablar cuando vuelven a plató, sino la dificultad de controlar tus pensamientos en Honduras.
La vuelta a la realidad ha sido diferente para cada concursante. Algunos han confesado dejar el móvil a un lado los primeros días y no contestar a algunos de sus seres queridos.
"Al llegar te cuesta aterrizar la cabeza, estás aislado las 24 horas, sin tu familia, sin tu móvil. Te cuesta andar, porque andar por la arena es complicado. Los primeros días me notaba muy lento a la hora de hacer cualquier cosa. Aunque la adaptación en general ha sido buena y sin problema", explica Kike Calleja.
Hemos preguntado a los Supervivientes qué fue lo más duro al volver a su vida real ¿les ha quedado alguna secuela tras su paso por el reality? ¡Dale Play para saber más!