El paso de Javier Ungría por 'Supervivientes' ha acabado, pero el ya exconcursante no ha querido despedirse de los Cayos Cochinos sin mandarle una indirecta a Kiko Jiménez. Kiko le llamó "mueble" algunos días atrás, en pleno banquete, y Javier ha respondido a las acusaciones vertidas entonces mientras hacía repaso a su concurso. "Soy un mueble y no me importa nada reconocerlo, porque me gusta serlo", ha acabado asegurando tras enumerar una larga lista de cualidades que cree reunir y que le habrían valido la etiqueta.
Para él, la palabra "mueble" no es nada despectiva. "Si ser mueble es no querer entrar en conflictos, abogar por el compañerismo, crear buen ambiente, no entrar en polémicas, no llevar el cuchillo entre los dientes, no ser un fan absoluto del 'no camera, no party', entonces soy un mueble y no me importa nada reconocerlo, porque me gusta serlo”, ha asegurado el ex de Elena Tablada tras su expulsión.
"Hay una faceta que yo no domino nada y no quiero dominar, que es el tema del conflicto", ha explicado. El ya expulsado se ha mostrado muy tajante: "Para la gente que lo importante es el conflicto, eres un mueble porque no creas conflicto, pero yo no lo iba a hacer en ningún caso". Opina que en su tiempo en 'Supervivientes' ha sido fiel a sí mismo, mostrar su verdadera forma de ser: "Habrá gente que le gustará más, habrá gente que le gustará menos, gente que le pareceré más aburrido, más divertido... lo que sea. Pero lo importante es que no me he fallado a mí mismo ni a la gente que me quiere".
'Supervivientes' ha sido "una experiencia brutal", aunque siente que ya llegaba el momento de irse. “He estado 10 semanas. He hecho todo lo mejor que he podido, pero creo que el concurso estaba tomando unos caminos que yo me veía más fuera que dentro. Creo que la gente lo ha entendido así, así que vamos todos al unísono. Estoy encantado con mi trayectoria", ha explicado. Javier Ungría tiene claro lo que más desea de su regreso de Honduras: "Lo primero siempre será ver a mi hija".