Tras la expulsión definitiva de Kike Calleja de Playa Limbo y por lo tanto, de 'Supervivientes', el exconcursante y colaborador está disfrutando por fin de las ventajas del final de la aventura. Entre estas ventajas está mirarse en el espejo después de tanto tiempo sin verse, su primera ducha y su primera comida, esto último de lo más esperado por todos.
Pues bien, la reacción del colaborador al verse era de sorpresa total: "He perdido mucha tripa. He perdido muchísimo. ¡Ostras el pelo! ¡Y la barba! Parece que me he echado treinta años encima. He perdido un montón, se me marcan hasta las costillas. Eso sí estoy morenísimo, cosa que me gusta". Después de más de un mes de supervivencia, era momento también de su primera ducha. Instantes antes aseguraba estar "muy nervioso".
Tras abrir el grifo, agradecía el "agua dulce". "¡Qué bien huele! Qué gozada quitarme la roña, huelo hasta bien. Ahora mismo soy una persona feliz", señalaba Kike Calleja. Y el hambre también se ha acabado para Kike Calleja, que miraba el banquete que le esperaba con los ojos medio llorosos: "Me lo comería todo. En la vida he pasado tanta hambre".
Y apuntaba lo siguiente: "Ver tanta comida de repente... no saber por donde empezar y tener hambre de todo, es una sensación...". Kike procedía a degustar todo muy lentamente y cerrar incluso los ojos del placer cuando ingería la comida: "Qué bueno. Qué rico todo. Ya no voy a decir nada más. El resto lo diré en plató, que quiero comer todo tranquilamente". Esto nos da una idea de hasta qué punto las condiciones en 'Supervivientes' son extremas.